Caza un precioso jabalí blanco y otro medallable de más de 120 kilos en solo una semana
Este joven cazador está en racha desde que a primeros de octubre adquirió un nuevo rifle. En dos esperas que ha realizado por control de daños ha abatido un jabalí albino con boca y otro ejemplar medallable de más de 120 kilos.
La noche del lunes, el cazador capturó el segundo ejemplar con el segundo disparo que realizaba en aguardo con el arma. Este apasionado de la caza en espera abatió el jabalí en el mismo encinar en el que había cazado anteriormente el cochino de inhabitual pelaje.
Cristian posa orgulloso junto al gran macareno cazado en espera el pasado lunes.
Un experimentado esperista de poco más de 20 años
No es el ejemplar de mayor boca ni de mayor tamaño que ha cazado en su corta pero intensa trayectoria cinegética el cazador jienense Cristian Romero. En su haber tiene un ejemplar medalla de plata y otro bronce junto a más de una decena de notables trofeos.
La última de estas grandes capturas tuvo lugar la noche del lunes durante una espera en Campillo de Arenas, municipio encuadrado en la comarca de Sierra Mágina. El aguardo tuvo lugar en la misma finca en la que una semana antes capturó el extraordinario ejemplar de pelaje blanco.
Cristian Romero junto al curioso jabalí blanco.
Los jabalíes ocasionan cuantiosos daños económicos a la agricultura y a la ganadería
El cazador, al ver que los jabalíes continuaban acudiendo todas las noches a la montanera para comerse las bellotas destinadas al ganado doméstico, decidió volver a realizarles una espera. Cristian se situó al atardecer en una encina cercana a la que abatió el cochino albino.
Dos horas después de la puesta de sol, a las 21:30 horas, pudo oír perfectamente las pisadas de varios jabalíes. El primero que entró en plaza fue un macho de mediano porte, de unos 50 kilos de peso. Se encaró el rifle de la marca Sako modelo S20 del calibre .300 WM con la intención de abatir el cochino.
Justo antes de apretar el gatillo oyó los gruñidos de otro jabalí que se ocultaba en la oscuridad. Sabedor de que en la zona había un ejemplar de grandes dimensiones, el cazador lo vio dos meses antes mientras cuidaba el ganado, pensó que podría tratarse de él. Era su escudero al que regañaba insistentemente.
Cristian y su padre Sergio junto al jabalí de 120 kilos y medalla de plata que ha cazado el joven esperista.
Un jabalí curtido en mil batallas y su escudero
Le reprochaba desde las sombras no haber tomado precaución alguna a la hora de alimentarse de las bellotas. Después de comprobar, transcurridos 5 minutos, que su compañero de correrías no había sufrido daño alguno, entró confiado a la misma encina de la que se alimentaba su escudero.
Cristian apuntó al macareno, situado a 150 metros de distancia. No podía fallar el disparo como le ocurrió a otro cazador semanas antes, que había errado un ejemplar de similares características en el mismo lugar.
El proyectil de la marca Gecco de 180 grains impactó en el lugar elegido, el codillo del animal. El macareno alcanzó en la báscula un peso superior a los 120 kilos. Cristian y su padre, Sergio Romero Rayo, eran incapaces de subirlo a la parte trasera de su vehículo pick up. Según el taxidermista que va a realizar la tablilla, alcanzará una puntuación que le otorgará la medalla de plata
Largos colmillos los de este cochino, que alcanzará la medalla de plata.
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