El mercado negro del ciervo

Las noticias por robo de cuernas y furtivismo se acumulan en la red. El mercado de los subproductos del ciervo ibérico está en pleno auge para las empresas legales pero también para las mafias.


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  Cuernas de ciervo
Cuernas de ciervo

La figura del furtivo ha existido desde tiempos remotos, en los que cazar un animal ajeno a tu propiedad, cuando no se tenía nada más que miseria, era la única manera de comer caliente y sacar a una familia numerosa adelante, ya fuese aprovechando la carne del animal abatido o vendiéndolo para cubrir las necesidades primarias.

Ciervas, jabalíes, pajarillos, liebres, capturados mediante el uso de arte y mañas eran presas habituales de aquellos furtivos, hasta no hace más de 80 años, en nuestro país.

Está claro que el furtivismo ha ido cambiando y evolucionando con el paso de los años y la evolución de los medios. Raramente nos encontramos ya con aquel furtivo que cazaba más por necesidad que por afición. Hoy día encontramos dos tipos muy distintos, el que lo hace por conseguir un trofeo y el que busca lucrarse con la venta de diferentes productos y subproductos que están en alza en el mercado. Lo que está claro es que el furtivo moderno caza por el placer de hacer daño, por lucrarse, aprovechando la nocturnidad y sin importarle destrozar cercados, dejar cancillas abiertas o encontrarse de frente con la guardería o la Benemérita.

  Ciervos
Ciervos

Un furtivo unido al mercado negro

Cuando hablamos de mafias relacionadas con el mundo del furtivismo, siempre pensamos en algo lejano, elefantes y rinocerontes de África o los tigres casi extintos de Asia. Sin mirar a nuestro alrededor, sin ser conscientes de que en nuestro país, a menor escala, también ha comenzado ese mismo problema que sufren los continentes vecinos. Tenemos una mafia organizada alrededor del ciervo ibérico, si bien promovida por los mismos que operan con el marfil o con diferentes tipos de felinos en el mundo.

Comenzó hace algunos años, un tiempo después del boom de la comercialización de la carne de caza. Algunos países asiáticos marcaron el valor de los subproductos del ciervo. Desmogues, penes, colas y los tendones de las patas eran el desecho de las monterías y se dejaban en el campo. Ahora ya no, los chinos los pagan caros.

El precio del pene está entre 9 y 10 euros. Las colas se pagan en torno a 7 euros la pieza. Los tendones de los ciervos, a 3 euros el kilo

Y siempre es la misma cantinela… hombres de origen asiático que buscan mejorar la energía masculina o virilidad. Corre la creencia de que al disponer cada macho de ciervo de un harén numeroso de hembras, el miembro de cada macho adquiere la fuerza de tres penes de toros.

Las colas también contienen una glándula sexual que los chinos utilizan para potenciar los olores de los perfumes. De los tendones de ciervos obtienen hilo quirúrgico.

Los beneficios para la salud de la cuerna de venado están cada vez más contrastados científicamente. Entre sus propiedades se conoce que aumentan el suministro de sangre y la circulación, reduce la presión arterial, aumenta el desarrollo muscular y la fuerza, desarrolla el sistema esquelético o la mejora la salud mental y sexual. Contiene una sustancia IGF-1, cuyos efectos son parecidos a los de la hormona del crecimiento. También se utiliza mucho para hacer dentífricos para perros.

De repente, la recogida de desmogues de ciervos y gamos, algo que no se llevaba a cabo ni se valoraba si no era para hacer unas cuantas piezas de decoración, suponen un aprovechamiento excepcional para las fincas que, unido a la venta de las carnes de las monterías y los anteriores subproductos, incrementan los ingresos anuales.

  Desmogue
Desmogue

Se sobrepasó la línea de la normalidad

Hasta aquí nada sería un problema, si no se hubiese generado un mercado negro alrededor de un aprovechamiento que podría ser perfectamente normal… Pero se rebasó la línea entre el beneficio y el perjuicio para los titulares de cotos, e incluso para las empresas cárnicas, en el momento en el que el precio de la compra de estos subproductos, principalmente de desmogues, se incrementaron por la demanda del mercado chino.

Ello ha llevado a que haya ladrones que entran en terrenos ajenos, abaten ciervos en época de veda, sierran las cuernas para venderlas al peso y les quitan pene, cola y patas… y recogen cuantos desmogues encuentren en su camino, muchas veces gracias al uso de visión nocturna, siempre trabajando en equipo y comunicados con móviles o walkies. Otras veces, amparados por las mafias organizadas, se llevan también los trofeos de la pared de los cortijos —como ocurrió recientemente en fincas como los Valles de Maroña o La Lancha— para después serrarlos y venderlos en el mercado negro. Aquí todo pesa, por lo tanto, todo vale.

  Cuerna de ciervo
Cuerna de ciervo

Una ley que necesita reformas

La ley dice que la recogida de las cuernas corresponde al titular del terreno cinegético en el que se encuentran y que recoger más de dos cuernas del suelo está considerado «con fines comerciales».

Echando cuentas… la multa por recoger astas de ciervo sin permiso oscila entre los 501 a 6.000 euros. Desde que China incrementó la demanda, el kilo de cuerna puede alcanzar, en años de bonanza, un precio de mercado que oscila entre los 30 y los 60 euros. Saquen conclusiones ustedes mismos.

  Cuernas de ciervo
Cuernas de ciervo

Principales perjudicados

En España existen empresas legales que contraen acuerdos con los titulares de las fincas para comprar los subproductos del ciervo por la vía legal, facturando y pagando impuestos al Estado.

Los titulares de los cotos han visto mermados sus ingresos porque incluso durante la celebración de las monterías, este tipo de piratas han llegado a robarles el subproducto antes de llegar los animales al plantel.

Como con todo lo que genera dinero rápido, que no fácil, si hay alguien que consigue el producto, hay alguien que lo recoge y hay alguien que lo paga, el tráfico está servido. Es la pescadilla que se muerde la cola.

Estas mafias se asientan, en su mayoría, en el sur de España

De estas mafias se sabe poco. Están respaldados por un entramado jerárquico y financiero que da cobertura a estas operaciones. Los cabecillas y operarios cometen estos saqueos de forma premeditada. Según testimonios, los asaltantes acampan a lo largo del día en las proximidades de las fincas, desde donde se saltan vallados para cometer sus fechorías.

Por las detenciones realizadas, se sabe que la mayoría se asientan en el sur de España, e incluso que en algunos casos actúan en connivencia con la guardería de las fincas. El material que sustraen lo trasladan a compradores particulares, de los cuales algunos han sido localizados en la provincia de Albacete, para pasar a puertos levantinos y aterrizar finalmente en China.

Cogerlos está complicado, a no ser que, como en varias ocasiones, la Guardia Civil se los encuentre transportando en furgonetas las piezas recogidas o acumuladas, como ocurrió hace pocos meses en Almadén, Cáceres o recientemente con un grupo de furtivos en El Pedroso, Sevilla.

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