Estos valientes mastines repelen el ataque de un gigantesco oso pardo contra las ovejas que protegen
El tamaño del depredador resulta terrorífico. Multiplica el de los grandes mastines que se aglutinan a su alrededor para intentar hacer desistir al oso pardo en su acercamiento a las ovejas.
El pastor no deja de gritar para alentar a sus valientes perros. Al principio de la grabación ya hay varios canes acosando al oso, manteniendo siempre una distancia prudencial conocedores de la fuerza y letalidad del animal que amenaza al rebaño. A medida que avanza el vídeo, más mastines se apresuran a apoyar a sus congéneres. Pero ni siquiera una decena de grandes perros protectores del ganado consiguen amedrentar a semejante amenaza.
Esta es una página sólo para móviles.
Su dispositivo no acepta los vídeos en este formato. Pruebe con esta página.
Cuando el úrsido se eleva sobre sus patas traseras para observar su objetivo, que no es otro que el rebaño de ovejas que tiene delante, deja ver su grandioso tamaño, que en los ejemplares mayores puede superar los tres metros en posición bípeda, con un peso de hasta 230 kilos. Con esta masividad, en cada arrancada amenazante contra los perros, estos prefieren no confrontar directamente y continuar con una actitud de acoso precavido.
Mastines acostumbrados a lidiar con grandes depredadores: el pastor de los Cárpatos
Así describe la página de Instagram que ha difundido el vídeo, hace solo dos días, lo que acabamos de ver: “Un oso pardo intenta matar a una oveja, pero es detenido por unos valientes perros pastores de los Cárpatos en el condado de Mures, dentro de la granja del Dr. Benedek Imre”.
El perro pastor de los Cárpatos, también conocido como perro de pastor rumano de los Cárpatos o “Carpatin” ha sido utilizado por los pastores de aquel país desde hace siglos para defender los rebaños y al mismo tiempo como un excelente perro guardián. Seleccionado partiendo de una raza endémica en el espacio Cárpato-Danubiano, los criterios selectivos de los cruces y cachorros resultantes ha sido siempre su utilidad, ya que este perro ha conservado su carácter intacto hasta nuestros días, consiguiendo así un guardián innato y valiente, sobresale por su afecto instintivo e incondicional hacia los rebaños y hacia su amo.
El primer estándar fue redactado en 1934 por el Instituto Nacional de Zootecnia. Este estándar fue modificado y reactualizado en 1982, 1999 y 2001 por la asociación canófila rumana. Este describe a un perro de una altura a la cruz ideal de entre 65 y 73 centímetros en los machos y de entre 59 y 67 centímetros en las hembras. Sin embargo, el aspecto general es siempre lo más importante. En cuanto al peso, se detalla en proporción con el tamaño, dando la impresión de un perro poderoso, pero no pesado.