El encuentro entre los cochinos y el can se ha producido lejos del monte donde deberían estar los primeros. El propietario del gran perro y este se encontraban junto a las casas en una zona totalmente urbanizada. Allí acabaron los jabalíes de esta piara, formada principalmente por hembras con crías, lo que las lleva a ser más peligrosas, porque atacarán a todo lo que se acerque y consideren que supone un peligro para su prole.
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Ataques desde todas direcciones
El perro no se acobarda a pesar de que algunos jabalíes le superen en tamaño. El primero al que vemos que se enfrenta se detiene justo delante del mastín, que aprovecha para avisarle por medio de su estruendoso ladrido. Como el suido no se inmuta, pasa a materializar la amenaza y llega a morderle la jeta.
Pero son demasiados. Los jabalíes atacan por delante, por detrás, por los lados… El perro no da abasto ante tantos intentos de embestida. Cuando persigue a un jabalí amedrentado, aparece otro para apoyarlo.
Antonio López Espada