Caza un ciervo de 16 puntas en una de las zonas más secas de España
La gestión realizada por un grupo de cazadores almerienses hace posible que en una sierra con un clima árido se abatan venados medallables.
Antonio López ha cazado el macho medalla de bronce en la Sierra de Los Filabres, macizo montañoso del sistema penibético, situado en la provincia de Almería. En este lugar las precipitaciones suman al año menos de 300mm.
El cazador junto al venado medalla de bronce. A la derecha, ciervo medalla de plata cazado por Antonio en el año 2017 en la Sierra de Los Filabres.
"Es el ciervo de mayor puntuación cazado en la provincia de Almería en lo que va de temporada"
El cazador almeriense de Olula del Río narra el lance en el que abate al rececho este espectacular ejemplar.
"Con la entrada del otoño subí al coto, del cuál soy socio desde los 14 años, con el objetivo de cazar un venado en el periodo de celo de la especie. Antes del amanecer ya estaba en el acotado. La mañana se presentaba algo nubosa, pero no hacía frío.
Debido a la falta de precipitaciones la berrea no estaba muy fuerte. Para decir verdad, no albergaba muchas esperanzas de escuchar o ver algún venado. Tras caminar varios kilómetros por una solana me coloco en un punto desde el que domino una amplia extensión de terreno. Desde esa posición pude oír a un venado berrear. Pese a que tan solo bramó durante unos segundos pude localizar el lugar de donde provenía el sonido.
Al situarme en otra elevación localizo a un horquillón acompañado de dos ciervas y una cría. A los 10 minutos de estar viendo a las hembras, decido berrear con mis propias manos. Para mi sorpresa me contesta un venado. Lo localizo con los prismáticos a 300 metros de distancia. Me pongo muy nervioso al comprobar que se trata de un gran ejemplar".
Antonio padre e hijo en una montería a cochinos.
Abate el venado a 400 metros de distancia
"Yo estaba en la solana y el ciervo en la umbría de enfrente. Estuve observándolo durante 15 minutos. No me decidía a tratar de abatirlo por miedo a la distancia. No estoy acostumbrado a realizar tiros largos. Pierdo al ciervo de vista durante unos segundos. Dudo si tratar de entrarle, ya que tengo el viento a mi favor, pero desisto en mi idea debido a que la orografía del terreno no permite la aproximación.
Vuelvo a berrear con las manos y el ciervo me responde. Esta vez está a 400 metros. Apoyo mi rifle Browning X-Bolt calibre 30-06 Sprg equipado con un visor Nikon Monarch 7 2,5-10x50 SF R4D en un esparto. Aprieto el gatillo suavemente. La bala impacta en una de las extremidades delanteras del macho. Necesito de un segundo disparo para herirlo de muerte.
Recojo mi equipo y salgo corriendo solana arriba para tratar de ver donde se ha derrumbado. Busco un punto para cruzar de la solana a la umbría, los barrancos tienen mucha zarza y dificultan mi paso. Al llegar al sitio del lance lo localizo sin vida a 20 metros del lugar del último disparo.
Tras comprobar la envergadura del trofeo del macho llamo a mi padre, a mi gran amigo Juan Pastor y a su yerno para compartir con ellos mi alegría. Entre los cuatro arrastramos al venado hasta un punto en el que podemos descuartizarlo para llevarnos la carne, además del trofeo.
Fue un gran día, un gran momento y un gran recuerdo que pude compartir con mi padre y mis amigos. Solo me queda estar agradecido por ese día que la vida me ha regalado".