El lance perfecto: una liebre y dos perdices con tres disparos
El cazador apunta a la liebre y dispara abatiéndola, pero no baja su escopeta. Sigue apuntando porque sabe que frente a él hay más animales. Cuando el perro se acerca lo averiguamos.
La caza puede deparar sorpresas tan inesperadas como esta. Una liebre arranca en veloz carrera a pesar de que la nieve cubre el suelo de estos campos. El cazador apunta concienzudamente para asegurar el disparo y acciona el gatillo. Los perdigones frenan la carrera de la rabona en lo que parece la culminación de un lance efectivo. Pero el cazador sigue con la escopeta apoyada en el hombro y apuntando a la zona en la que ha caído la liebre.
Enseguida conocemos la razón.
Un vídeo grabado en el extranjero
Este lance no podría producirse en nuestro país. El motivo, que en España, cuando el suelo está cubierto mayormente de nieve se considera que las especies cinegéticas cuentan con mucha menos defensa ante el cazador y se prohíbe la acción venatoria en esas zonas.
Increíble: una perdiz se cruza en disparo a paloma torcaz
Pero no ocurre en muchos países del mundo, en los que la nieve es una constante casi a lo largo de todo el año, y se permite la caza en los montes nevados. Con todo, asistimos a un lance de ensueño para cualquier cazador de menor en el que tres disparos llevan al morral tres piezas. Cuando el bando de perdices comienza a volar ante la proximidad del perro, curioso que no lo haya hecho al oír el disparo, el cazador centra su atención en la primera que cruza a la izquierda. Tras abatirla, elige la opción más asequible, otra perdiz que vuela en la misma dirección. A pesar de ser disparos lejanos, consigue acertar ambos.
Antonio López Espada
