Perros de agarre: el alano español, un perro para la caza, la casa y el pastoreo

Perros de agarre: el alano español, un perro para la caza, la casa y el pastoreo

Tradicionalmente se criaron y adiestraron para el agarre de ganado, pero esto les convirtió en animales perfectos para la caza mayor por su robusta mandíbula que los hace perfectos para sujetar a las presas y por poseer, además, unos sistemas óseos y musculares muy desarrollados.


El perro de agarre es un producto de la selección artificial desde la más remota antigüedad. A diferencia de las razas naturales, como los perros de pastoreo, los perros de agarre fueron criados y mantenida su estirpe por el deseo del hombre desde hace más de dos mil años. La razón por la que fueron seleccionados era hacer al perro más útil, más eficaz y confiable en su labor montera.

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Su evolución en la caza

El tipo más primitivo de moloso de agarre lo encontramos representado en razas modernas como el mastín napolitano o el dogo de Burdeos. Son animales pesados y de escasa movilidad, cuya función era inmovilizar a una pieza que no puede escapar y tiene fácil alcance

Del mismo modo, se empezaron a emplear los perros de presa en la caza por los monteros, ya que necesitaban que, junto a fortaleza, tuvieran además movilidad y un aceptable olfato. Por ello se cruzaron lebreles y sabuesos, creando razas como el alano español o el dogo argentino.

Lo importante era que la fuerza y robustez del perro se apreciase a primera vista. Por eso se eliminaron de la crianza los de pecho estrecho, codos entrantes, patas delgadas y los que fuesen ligeros de sustancia.

La estructura y algunos rasgos esenciales

Nada más ver a un perro de agarre, se aprecia su poderosa estructura ósea. Suelen tener el pecho ancho y profundo y con huesos anchos y firmes. Todo en él nos recuerda que fue seleccionado para desarrollar fuerza muscular y de presa, así como velocidad y resistencia. Tienen la cabeza con forma cuboide, voluminosa, maxilares hiperdesarrollados, que les permite una fuerte mordida, el cuello musculoso y la espalda muy robusta. Todo su cuerpo está conformado para sostener a la presa hasta la llegada del montero a rematar.

Tienen un temperamento determinado y obstinado, por lo que no se rinden fácilmente ante el reto de atrapar a las presas por mayor dificultad que se les presente. Con una altura aproximada de 56 a 65 cm y un peso que oscila entre los 50 y los 65 kilos, tienen un físico poderoso para la caza.

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Las razas

Dependiendo de la geografía se utilizan más un tipo de perros que otros. Los perros de presa canarios (dogos canarios), las distintas razas de mastines, el dogo argentino o el alano español, con toda la serie de cruces que se pueden dar entre ellos, son unos magníficos perros de agarre capaces, no solamente de parar al más fiero jabalí, sino de matarlo con sus propias mandíbulas a base de arriesgar sus vidas entrándole al suido.

Todos ellos tienen tres cualidades importantes para montear: olfato, que les permite venteo por alto; valor para el acoso de la pieza herida, no amedrentándose si les planta cara; y agarre seguro, que garantice la integridad física del montero que entra a rematar.

El alano: un perro polifacético

Hablamos con Álvaro Martín, criador y especista en alanos españoles. El alano, además de una raza muy conocida y reputada en el mundo de la caza como perro de agarre, también es utilizado para el pastoreo y la carea. No sólo eso, su carácter dócil y noble lo hace perfecto para el hogar y la convivencia con niños y otros perros. Puedes tenerlos en casa junto a un yorkshire o cualquier otro perro. A diferencia de lo que mucha gente piensa, por sus imponentes rasgos físicos, es perfecto perro de compañía. Martín cuenta que, en su casa, siempre ha tenido esta raza y su hija ha convivido con ellos desde que era un bebé sin tener problema alguno.

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Álvaro junto a sus perros y su niña.

Caza y agarra

En lo que a la cinegética se refiere, además de un perro de agarre, como pueden ser los dogos o los presas, también baten monte como los podencos o los atravesados. Son unos animales muy adaptables, no se limitan a llegar a la pieza y morder como tradicionalmente hacen los perros de presa, sino que también van cazando.

Así cazan los alanos españoles: se lanzan a un caudaloso río persiguiendo a un jabalí

También a la menor

Una anécdota digna de destacar es la que nos cuenta Álvaro sobre uno de sus alanos. Un día, salió al campo con él a la menor y el perro comenzó a levantar perdices y liebres. Días después, se había convertido en un cazador de menor como si de un setter o un pointer se tratase. Algo llamativo teniendo en cuenta la naturaleza y el histórico de esta raza. “Realmente es un perro que, educándolo bien, haces con él lo que quieras.” —asevera Martín.

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Álvaro y sus alanos españoles. A la derecha, agarre ante un jabalí.

Perro pastor

Muchos de los cachorros que Álvaro vende, van destinados al pastoreo. Un solo ejemplar es capaz de sujetar una res y manejar a todo un rebaño. Son perros muy duros, válidos para diferentes actividades como acabamos de comentar y también aptos para prácticamente cualquier terreno y situación.

 


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