Pedro Cavadas: «Descubrí una pasión nueva a los 40 y pico años: la caza con arco»

Pedro Cavadas: «Descubrí una pasión nueva a los 40 y pico años: la caza con arco»

Uno de los cazadores que lleva su afición con más orgullo allá donde le llaman, por muy expuesto que quede a nivel social. El doctor Pedro Cavadas, cirujano que ha maravillado al mundo por su capacidad en la reconstrucción microquirúrjica, se somete a una entrevista realizada por la redacción de Club de Caza para que conozcamos mejor esa faceta de cazador arquero.


—¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la caza? ¿A qué edad comenzaste? ¿Quién fue tu mentor en la caza con arco? ¿Qué recuerdas con más cariño de aquellos inicios?

Desde pequeño me ha gustado la naturaleza y los animales salvajes. En una familia de cazadores, yo era el que disfrutaba observando, estudiando y admirando los animales. La caza no me era ajena, pero no me apasionaba. Hace 15 años me regalaron un arco de poleas. No sabía usarlo, pero me llamaba la atención. Aprendí a tirar y tomé cursos de caza y tiro con arco. A partir de ese momento me envenenó. Y descubrí una pasión nueva a los 40 y pico años. Y si fuera poco, fue a través del mundo de la arquería como conocí a Naima, mi mujer. ¿Se puede pedir más?

—¿Qué tiene el arco que enamora a casi todo el que lo empuña?

Tiene algo primitivo, grabado a fuego en nuestro cerebro de simio evolucionado. Ser capaz de lanzar con precisión un elemento que corta y puede matar a un animal al que has podido acercarte. Es una secuencia de hechos estructurada en nuestro cerebro que ha contribuido decisivamente en la historia inicial de nuestra especie.

La arquería, al igual que los caballos, la cetrería, la navegación a vela, son actividades ancestrales que, como poco, despiertan interés. Estaban aquí antes de que llegáramos nosotros y tienen el encanto de algo ancestral que aún perdura. La caza con arco (no soy cazador de rifle, lo respeto, pero lo veo demasiado desigual) es la quintaesencia del respeto a la naturaleza, el máximo exponente de la épica y la belleza atroz que subyace al orden natural de las especies.

«Nada es comparable a un buen lance de caza con arco. Es Naturaleza y Caza con mayúsculas»

Es la menos disruptiva de las modalidades de caza, la más justa, la más difícil, la más exigente, pero también la más recompensante. Nada es comparable a un buen lance de caza con arco. Es Naturaleza y Caza con mayúsculas. Es rotunda, acorde por completo con las leyes intemporales naturales, donde un depredador da caza a una presa. Es difícilmente pervertible, y a la vez imposible de rebatir o de explicar. Las pasiones humanas son así, y la caza con arco es eso, pura pasión humana, probablemente la más benigna de todas.

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El doctor Cavadas lleva su afición allá donde le llamen, como hizo en El Hormiguero.

—Todos los cazadores tenemos un lance inolvidable por algún factor determinado, ya sea por la dificultad que entraña, el momento en que llega… Comparte con nosotros ese lance de caza con arco que permanecerá en tu memoria por siempre.

La caza con arco jamás es anodina. Todo en ella es memorable, en cada lance. Me vienen a la memoria cientos de lances. Como ocurre con cualquier depredador natural cualificado (el ser humano es el más torpe de todos ellos, salvo cuando empuña un arma de fuego), la mayoría de los intentos de aproximación a un animal salvaje acaban con el animal huyendo mucho antes de lo que planeabas. Los grandes felinos tienen un 10% de éxito, un mono torpe y ruidoso como yo, con un arco, mucho menos. Pero hay recechos que son simplemente perfectos.

«La mayoría de los intentos de aproximación a un animal salvaje acaban con el animal huyendo mucho antes de lo que planeabas»

Aproximaciones en las que todo lo que puede salir mal (viento, ruido, hembras o jóvenes donde no creías, mil cosas) sale bien, y te ves a distancia de tiro de un animal majestuoso. Y es en ese momento donde esa extraña mezcla de excitación, admiración, agradecimiento y pulsión primitiva te inunda como nada en el mundo es capaz de hacerlo, abres el arco, vuela la flecha e impacta donde debe. Tú, humano moderno civilizado, tu mono ancestral cazador, una naturaleza sobrecogedora y un animal fascinante muerto de la forma más honorable posible, os fusionáis en una redondez sublime, difícilmente comprensible y definitivamente inexplicable. Recuerdo algo así con un Caribou en Yukon después de días y días de penalidades. Ese momento. Ese preciso momento, te lleva al cielo, a un cielo del que no volverás a bajar nunca. Eso es pasión por la caza con arco.

—Una de las ventajas de la caza es la consecución de alimento de alta calidad. Sabemos que cocinas carne de caza, pero, ¿cuál es tu plato preferido elaborado con carne de caza?

Soy carnívoro y elaboro poco los platos. Me gusta la carne de caza y hay algo místico en comer el animal que cazaste con esfuerzo. Más allá de ello, es carne.

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Pedro Cavadas practicando el tiro con arco.

—El momento que vive la caza en España es muy delicado. Hay quien se empeña en manipular la esencia de la actividad cinegética. ¿Ha sufrido presiones por parte de lobbys animalistas por tu condición de cazador?

Yo soy cazador de arco y no me produce ningún pudor reconocerlo. Imagino que habrá a quien no le parezca bien, y lo respeto. Exijo reciprocidad. El resto de modalidades de caza tienen matices distintos y no me pronuncio al respecto. La caza honorable, practicada con ética, es incontestable. El animalismo, en su indudable buena intención, centra su atención en animales de compañía. Entiendo sus posturas respecto de las mascotas, pero la naturaleza salvaje, a la que amo (y por eso soy cazador de arco), se rige por leyes distintas. Son normas que han funcionado durante millones de años, que pueden parecer crueles e injustas desde la perspectiva humana contemporánea.

El bienestar de perritos y lindos gatitos es enternecedor, pero la naturaleza salvaje es mucho más compleja. Hay una belleza intemporal en el necesario juego de depredador y presa, que sólo necesita de la preservación de espacios naturales para desarrollarse. Caza y conservación son inseparables. Una sin la otra no pueden existir, por muy contraintuitivo que resulte. De hecho, el único motivo por el que quedan zonas salvajes excepcionalmente bellas en África subsahariana (es lo que conozco un poco) es la caza reglamentada. Es lo único que impide que sean arrasadas y esquilmadas como el resto de planeta. Soy cazador de arco a mucha honra.

«El bienestar de perritos y lindos gatitos es enternecedor, pero la naturaleza salvaje es mucho más compleja»

—Uno de los papeles de los cazadores con arco está adaptándose a la evolución de determinadas especies que multiplican sus poblaciones y, al mismo tiempo, se acercan y adentran en núcleos urbanos. El control poblacional se ha demostrado efectivo en ciudades como Lugo, Altea, Badajoz… En cambio, parte de la sociedad se niega a ver este servicio voluntario de los cazadores y lo critican duramente. ¿Podría explicar a la sociedad las ventajas y beneficios de este tipo de controles efectuados por arqueros?

Los humanos ya eliminamos a los grandes depredadores del hemisferio norte en el neolítico. Los únicos depredadores somos nosotros. Es una realidad. Las poblaciones de jabalíes en Europa necesitan una mortalidad acorde a la natalidad, matemática básica. Es necesario. La caza selectiva se practica en todos sitios, incluso en los parques naturales de todo el mundo. No hacerlo lleva a superpoblaciones que entran en conflicto con el ser humano (daños a la agricultura, accidentes de carretera por atropellos, epizootias, etc). La caza con arco, hecha por profesionales expertos, es una forma discreta, eficaz y barata de solucionar la superpoblación de jabalíes en zonas suburbanas.

—¿Afectarán los cambios normativos que se están preparando a la caza con arco en nuestro país? Sobre todo, respecto al proyecto de Ley de Protección y Bienestar Animal y la reforma del Código Penal respecto al maltrato animal.

Desconozco la normativa. Procuro no hablar de lo que no sé.

—¿Qué consejo le daría a un cazador arquero que esté comenzando en este mundo?

Primero, que aprenda arquería. Que aprenda a tirar con arco, tradicional o compuesto. La caza con arco es respeto al animal y una flecha mal colocada es un animal herido. Después de aprender la técnica, hay que tener una concepción de la caza mucho más compleja, amplia y poética que la mera muerte de un animal (que por supuesto muere). La caza es mucho más que eso. Es esfuerzo, es pericia, es constancia, disciplina. Es reconocer cuándo el animal (las más de las veces) fue más listo que tú y no tuviste oportunidad de tiro. Pudiste admirarlo, pero te ganó. Es respetarlo por ello. Sólo así se puede cazar con arco y saborear su belleza sublime.

La arquería en general debería promocionarse en el ámbito escolar como ejercicio de disciplina y superación

—¿Es España un buen país para practicar la caza y la competición con arco?

Es un país donde está permitida la caza con arco. Viendo el global de países del mundo, eso es mucho. De todas formas, la caza con arco es poco conocida, incluso entre cazadores. Merecería la pena darle más relieve.

La arquería en general creo que es un deporte infravalorado en España. Es probablemente el deporte de integración cuerpo-mente más fascinante que hay. Debería promocionarse en el ámbito escolar como ejercicio de disciplina y superación.

Muchas gracias por su tiempo

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