Uno de los duelos entre perros y animales cazables que más pasiones despierta es el que protagonizan los lebreles y las rabonas. Velocidad, esfuerzo, capacidad de superación… Son muchísimos los vídeos que recogen carreras apasionantes, de las que crean afición o quedan en la memoria de los cazadores. Pero hoy traemos unas imágenes que nos convierten en el perro al haber sido grabadas desde la espalda del galgo.
“Liebre nueva, pero excelente vídeo”
Un comentario que resume lo que los usuarios de redes sociales opinan tras visualizar las imágenes difundidas en la página especializada en la caza de la liebre con lebreles Pasión por los galgos.
Gracias a estos comentarios y a las respuestas del responsable de esta comunidad, que aglutina a nada menos que 96.000 seguidores, sabemos que el galgo lleva un arnés específico para acoplar una cámara de la conocida marca GoPro. Esto permite captar una secuencia tan apasionante como la que estamos a punto de disfrutar.
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Así ha sido la breve carrera que termina ganando el perro
Galgo y galguero avanzan por terrenos baldíos unidos por la traílla. Una situación entre la calma que está a punto de dejar paso a la tensión que precede a la arrancada de la liebre. Cuando esto sucede, libera al lebrel, que pronto alcanza una vertiginosa velocidad que, en condiciones óptimas, se acerca a los 70 kilómetros por hora. Unos pocos regates después y con la intervención de otro galgo que acosa a la rabona sin conseguir embocarla, el perro que ‘graba’ este vídeo consigue alcanzar a su presa. No llega a 20 segundos. Lo que evidencia que se trata de un ejemplar de liebre que no ha alcanzado aún su plenitud física.
Aquí el galgo ya ha alcanzado a la liebre tras una breve pero frenética carrera.
Un vídeo similar de una carrera con regates y esprines tras la liebre
Cada vez son más los cazadores que se animan a intentar grabar vídeos lo más realistas posible que reflejen cómo suceden los lances que viven ellos y sus perros en el campo. Y la última moda que ha llegado para quedarse es colocar las cámaras al estilo onboard, es decir, sobre el cuerpo del animal, para no perder detalle alguno de lo que sucede durante su búsqueda, acoso, muestra, cobro o, como es estos casos, en la apasionante persecución de un galgo tras la liebre.