Fallos estrepitosos en la caza: capítulo insuperable
Este cazador no consigue acertar su disparo en el cuerpo de un gran jabalí que se acerca a escasa velocidad al lugar donde permanece oculto. Tiene todo el tiempo del mundo para apuntar al animal, que incluso reduce su marcha para cruzar el vallado tras el que se esconde el hombre armado, momento que aprovecha para accionar el gatillo de su escopeta.
Hemos sido testigos de fallos estrepitosos, algunos originados por un fallo del arma y otros por escasa pericia por parte del cazador, pero no recordamos uno tan flagrante a una distancia tan corta. No hay muchos metros de distancia entre el aficionado a la caza del jabalí y el lugar por el que cruza el macareno.
No existe dificultad a la hora de calcular el adelanto que debe asumir en lances más lejanos y ante veloces animales a la carrera. Ni siquiera resulta necesario meter el cuerpo del cochino en un elemento óptico de puntería, ya que la separación entre ambos no lo requiere ni el arma lo monta. Entonces, ¿por qué se produce el fallo?
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Javier Fernández