Caza un jabalí de 200 kilos en un pequeño pueblo de Zamora
Crónicas de caza

Caza un jabalí de 200 kilos en un pequeño pueblo de Zamora

Entrevistamos al cazador que ha conseguido abatir un enorme jabalí que ha pesado nada menos que 200 kilos. Nos cuenta cómo consiguió abatir al gigantesco animal, uno de los mayores ejemplares cazados en nuestro país.


Francisco Romo es un joven cazador de 34 años que vive en un pueblo zamorano. La madrugada del pasado viernes día 3 de enero, tras la cena, decidió acudir al monte del coto a practicar una de las modalidades, junto a la montería, que más le apasionan: la espera nocturna.

De profesión pintor, Francisco ha cazado uno de los cochinos más grandes jamás abatidos en nuestro país. No fue fácil pesarlo, porque primero lo llevaron a una báscula de matanza que ‘solo’ llega a registrar hasta 150 kilos. Pero la aguja sobrepasó el límite. Tuvieron que subirlo al coche de nuevo para acercarlo a la báscula del pueblo, donde allí sí, pudieron comprobar que el animal pesaba 200 kilos y medía 180 centímetros de longitud.

El cazador, eufórico junto al enorme macareno. A la derecha, Francisco junto al enorme ejemplar.

¿Cómo se cazó este macareno?

El mismo cazador nos narra cómo consiguió vencer a la adversidad en una noche de muchos jabalíes y una pizca de suerte. “Estuve de cena el viernes. Cuando acabó, decidí probar suerte e ir de espera al coto del pueblo. Al poco de llegar, primero entró una piara de unos 14 ejemplares. Estuve un rato intentando decidir si disparar a alguno, pero no lo vi claro. Uno de ellos abultaba más, pero no podía tirarlo porque se tapaba. En una oportunidad que se puso de frente, probé suerte y lo abatí. Era una marrana de unos 90 kilos.

 

Tras el disparo, el resto se vino hacia mí, pero no quise abatir otro porque eran pequeños. Entonces fui a comprobar que había caído la marrana y no fue fácil porque se enmató. Solo le veía el brillo del ojo, pero tras unos minutos conseguí rematarla.

Foto que nos muestra el gigantesco tamaño del cochino.

Entonces, como era pronto, decidí cambiar de zona a menos de un kilómetro. Allí vi de nuevo a la piara anterior, pero no disparé. A las 2:37 horas entró el solitario. No me dio tiempo a nada. Apareció y encendí la linterna, pero tenía poca batería por haber estado un buen rato iluminando a los cochinos de antes, por lo que iluminaba muy poco. El jabalí comenzó a correr, y vi un claro en esa dehesa, entre dos árboles, como la última oportunidad que tenía para intentar disparar. Y el marrano hizo su parte y pasó justo por allí. Estaba a entre 100 y 120 metros de distancia. Con la poca luz que daba la linterna, solo veía una sombra, y, aun así, cayó en el sitio. Fue un tiro con mucha suerte.

 

Un animal enorme

Cuando llegué allí con el coche, me asomé por la ventanilla y vi que tenía boca e imaginé que era un navajerete. La proporción del cuerpo y las navajas así lo parecía. Pero no imaginaba que era tan grande, porque estaba encogido del disparo.

Cuando bajé ya me di cuenta de lo enorme que era. Intenté levantarlo para subirlo al coche. Mira que he levantado jabalíes, pero solo era capaz de levantar la cabeza del suelo. Lo tuve que enganchar al coche y sacarlo arrastrándolo por el camino”.

El animal justo antes de ser pesado.

Como al día siguiente Francisco tenía montería, lo dejó en la nave y se lo contó a un amigo, al que llevó por la tarde a verlo. Este amigo consiguió cazar una hembra de jabalí en la montería, y cuando le dijo que era muy grande, unos 90 kilos, le respondió que le iba a parecer un juguete al lado del que cazó la noche anterior.

 

Al llegar allí no tuvo más remedio que creerle. De hecho, él fue el que insistió en pesarlo. Francisco se resistía solo por el hecho de volver a cargarlo en el coche. El resto ya lo conocemos: 200 kilos y 180 centímetros de jabalí.

Detalle de los colmillos del jabalí.

Equipo utilizado

El cazador es fiel a su rifle BRX1 en calibre .30-06 cargado con balas RWS KS 165 de grains y ayudado por el visor Bushnell 3-9x50. El cazador nos confirma que lo ha llevado a disecar de pecho: “Me ha dicho el taxidermista que le sacarán los colmillos para hacer una tabla también”. Recuerda con pena que la falta de tiempo le llevó a no hacer lo mismo con un jabalí rubio que cazó en una temporada anterior, por lo que esta vez le rendirá el homenaje que el ejemplar merece. También nos dice que en sus muchísimas monterías e innumerables esperas nocturnas nunca había matado uno que pesase 100-110 kilos.

Jabalí rubio abatido por Francisco anteriormente.

Un jabalí entre los más grandes jamás cazados en España

No son muchos los jabalíes que han sobrepasado los 200 kilos. En nuestro país, ese peso siempre será algo excepcional. Recordamos el ejemplar de 198 kilos abatido por un cazador cordobés especializado en las esperas, Rafael Jiménez. Lo hizo cuando el formidable ejemplar estaba peleando con otro enorme macho por el favor de una hembra en celo.

Pulsa en la foto para acceder a la historia:

 

Un jabalí de 209 kilos

Fue abatido en Cataluña y en Club de Caza tuvimos la oportunidad de hablar con el afortunado cazador. Nos contó con detalle cómo consiguió abatir al monstruoso animal con la ayuda de una rehala de podencos portugueses.

Pulsa en la foto para acceder a la crónica de la cacería:

 

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