Caza de jabalíes en espera a la luz de la luna
Crónicas de caza

Caza de jabalíes en espera a la luz de la luna

Un esperista ha roto el maleficio que le perseguía durante más de una década al abatir un cochino medallable una noche de luna llena. Ha cazado un macho de 19 centímetros de colmillo y 2,3 de grosor en un apasionante aguardo en un coto social de Alcora.


No es el único ejemplar medallable cazado por Loren Cruz, cazador bilbaíno, afincado en Alcora, municipio de la Comunidad Valenciana perteneciente a la comarca del Alcalatén, en las últimas fechas. A finales del pasado año abatió un jabalí medalla de oro. Tras ser homologadas las navajas del macho por la Junta de Homologación de Trofeos de Caza, obtuvo una puntuación de 112,9 puntos.

La luna llena de enero

Según el cazador, "cuando el satélite ilumina la noche, los grandes jabalíes no se mueven. Son muy recelosos. No me gusta nada la luna llena para las esperas. Este es el primer gran macho que abato en estas condiciones. Mis grandes trofeos han sido cazados con luna menguante o sin luna".

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Vista frontal del trofeo del jabalí.

Abate el jabalí con la escopeta que heredó de su abuelo

Loren, colaborador habitual de Club de Caza, nos narra cómo logró hacerse con este gran macho.

-"El jueves 25 de enero la luz de la luna iluminaba la noche. Días atrás había hecho otra espera y había una claridad tal que pude ver comiendo una piara como si fuera de día. Esa noche sentí a un animal que me pareció un buen macho, pero no se atrevió a abandonar la ocultación del monte. A pesar de que los ejemplares viejos recelan estos días. decidí preparar un aguardo la noche del viernes. Tenía un palpito con que esa fecha iba a romper mi maleficio. A la hora de situarme en el puesto, la luna empezaba a salir tímidamente.

Amparadas en la oscuridad, el satélite aún no iluminaba la noche, un grupo de jabalinas apareció en el claro. Sabía que el macho podría estar cerca. Para mi sorpresa, media hora más tarde se aproximó confiado a las hembras. Templo los nervios y espero a que se ponga a tiro de la escopeta Fabarm modelo Ellegi que heredé de mi abuelo.

Esto da sus frutos y el jabalí lo hace, lo que posibilita que lo abata de un único disparo en el codillo. Con la ayuda de unos amigos, conseguimos sacar el macho de 85 kilos del monte".

 


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