Un becadero abate una esquiva arcea tras recorrer más de 11 kilómetros
El cazador gallego logra abatir la becada tras haber sido mostrada en siete ocasiones por sus perros de la raza setter inglés. La dificultad de capturar pitorras aumenta en enero, de ahí que las piezas cazadas en esta época del año son las más apreciadas por los cazadores de becadas.
Manuel Cancela Rama es un cazador nacido en Coristanco, municipio que pertenece a la comarca de Bergantiños. Lleva más de tres décadas cazando sordas con perros de muestra. Todos los canes del becadero llevan su apellido. Los protagonistas de este lance son Vela do Cancela y Voro do Cancela. El cazador se ha especializado en la caza de arceas. Ha sido tres veces campeón provincial de caza de becadas, en los años 2011,2012 y 2014, y vencedor en el autonómico gallego de este último año.
Los setters muestran a la becada entre la vegetación del conte gallego.
Perros solo para la caza de becadas
Su objetivo a la hora de adiestrar los canes es prepararlos únicamente para la caza de pitorras. Esto, según el gallego se logra "con perros dotados de una buena genética y con una gran dedicación. Aprovecho los 2 meses y medio que tengo la oportunidad de cazar chochas en Galicia para adiestrar a mis setters. Me mueve la pasión que tienen estos perros por la caza. Son capaces de levantar una arcea en 8 o 9 ocasiones, o las veces que sean necesarias”.
Una caza de grandes recuerdos
El cazador continúa explicándonos lo que significa la caza de la becada para él: “Para mí y para mi hijo Ángel, el abate de una única pieza bien trabajada por los perros premia un día de caza. Hay que respetar al pájaro. Abatirlo siempre a muestra de perro. No realizar desplazamientos con los vehículos durante la jornada de caza. Estos valores se los estoy inculcando a mi hijo. Trato de enseñarle todo lo que he aprendido a lo largo de estos años. La caza de la arcea no debe ser una caza de números, sino de grandes recuerdos".
El hijo de Manuel acompaña al experimentado becadero en sus jornadas de caza. A la derecha, la alegría tras cobrar la esquiva becada.
Las esquivas arceas del mes de enero
Se trata de becadas que tienen varios años de vida o han sido levantado por perros en más de una ocasión. Manuel narra cómo él y su hijo pudieron hacerse con esta escurridiza ave.
"En un escenario cubierto de robles, helechos y silvas quedan de muestra Voro y Vela. La arcea levanta el vuelo muy lejos y tapada. Solo logro oír su aleteo. Nos dirigimos al lugar hacia el que intuyo que voló la chocha. Transcurridos unos minutos, Vela levanta la cabeza y queda de muestra. Voro llega al punto en el que se oculta el pájaro. La arcea se levanta en dirección al sol. Disparo mi arma, pero los perdigones no alcanzan su objetivo.
Diez minutos más tarde, la muestran por tercera vez. En esta ocasión, otra vez el sol la libra de ser abatida. La seguimos hasta una zona de helechos. Allí la muestran de nuevo los setters. Alza el vuelo larga, cinco segundos más tarde de pararla los perros. Se dirige a una zona de montones de madera seca. Durante media hora reviso la leña. Se levanta a la derecha de mi hijo, por el lugar que yo había pasado unos segundos antes.
Se eleva por encima de un eucaliptal. La becada no aguanta a pesar de llevar cinco vuelos. Cruzamos el río que acaba de sobrevolar la pitorra. Después de media hora de búsqueda, los perros caen en muestra en un lugar inaccesible. Vuela sin que podamos verla. Tras recorrer más de 11 kilómetros, oigo el sonido del collar becadero de Vela. Ha quedado de muestra en una alfombra verde en medio de un pinar. Al llegar Voro, salta la arcea. Por fin logro abatirla para premiar el trabajo de los perros".