Un grupo de cazadores vascos abate el jabalí de mayor trofeo de sus 33 años de historia
Crónicas de caza

Un grupo de cazadores vascos abate el jabalí de mayor trofeo de sus 33 años de historia

La cuadrilla número 7 de La Arboleda cazó el pasado domingo en el municipio de Zalla un impresionante macho con unos formidables colmillos y amoladeras. En una primera medición en frío, el trofeo ha obtenido una puntuación que hace a la boca merecedora de una medalla de oro.


Este grupo de amigos formado por 28 componentes tienen su sede en La Arboleda, barrio del municipio vizcaíno del Valle de Trápaga que le da nombre a la cuadrilla de cazadores. Está capitaneado por Ashley Núñez. La modalidad de caza que practican desde hace más de tres décadas es la caza del jabalí con perros atraillados.

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Roberto Castillo, uno de los perreros que lo levantó del encame, y José Miguel Carrillo, el cazador que lo abatió. A la derecha, uno de los perros participante en la batida.

La caza del jabalí con perros de rastro

El domingo a la cuadrilla número 7 de La Arboleda le tocó en suerte cazar el lote de la Arbaliza La Barranca, situado en el término municipal de Zalla, localidad ubicada en la comarca de Las Encartaciones, en la provincia de Vizcaya. Ashley tiene la costumbre de visitar días antes de la jornada la zona de caza para estudiar qué parte de la mancha van a cazar y en qué lugares se pueden colocar los cazadores apostados.

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Los componentes de la cuadrilla de caadores.

Tras elegir el sitio que iban a batir, envió junto a sus perros de las razas sabuesos y grifones a los trailleros Esteban Cabeza y Roberto Castillo al punto de la mancha en el que había visto rastros de jabalíes.

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Uno de los jabalíes de mayor trofeo cazado en lo que va de temporada en Vizcaya

Tras soltar a los perros, levantaron del encame al enorme macho. Gracias a la valentía de los canes de rastro, José Miguel Carrillo logró abatir este excepcional ejemplar. Necesitó cuatro disparos para poder pararlo. Se trata de un cochino de 95 kilos armado con unas largas y gruesas navajas y unas espectaculares amoladeras. Junto al macho medalla de oro, los jabalineros cazaron dos ejemplares más en la inolvidable jornada cochinera.

 


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