Una numerosa reunión de becacinas
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Una numerosa reunión de becacinas

Hasta seis de estas preciosas aves se juntan en una congregación atípica, pero que ha sido grabada en varias ocasiones. Te traemos dos de ellas.


Becacina, agachona, agachadiza… muchos nombres para la Gallinago gallinago, de unos 25 centímetros de longitud, ave de paso, invernante y que es admirada por muchos por su capacidad de arrancar en veloz y serpenteante vuelo. En esta ocasión disfrutamos no de un ejemplar, sino de una numerosa reunión en la que media docena de ellas comparten entorno inundado en busca de alimento.

Estas aves limícolas suelen mostrar costumbres solitarias, pero en lugares donde el alimento abunda y resulta sencillo acceder a él, pueden registrarse escenas como estas, en las que se concentra un elevado número de ejemplares.

 

Costumbres de la agachadiza

Llegan en primavera, el contingente que nidifica aquí, y en otoño y comienzo del invierno, las que eligen la Península Ibérica como lugar de invernada. Se dirigen a marismas, aguazales, campos húmedos y encharcados, sobre todo los que tienen el terreno movido por pisadas del ganado vacuno, colas de embalses, riberas, bordes de arroyos, campos y praderas con hierba corta. Aunque también las podemos ver en playas y orillas fangosas, así como en limos de rías y marismas costeras.

Un pico largo para llegar a su alimento

La agachadiza luce un pico larguísimo en proporción con su cabeza o su cuerpo. Es recto y con la punta flexible, lo que la permite buscar gusanos e invertebrados en suelos tiernos, como en los fangos de las rías, donde lo introduce hasta los ojos e incluso llega a cubrirlos cuando no alcanza lo que busca, que suele encontrar gracias a la sensibilidad del extremo de su pico, cuya punta puede abrir incluso muy enterrado para absorber los gusanos y los pequeños invertebrados de los que se nutre.

Si te gusta la becacina, este vídeo te va a encantar

El endiablado vuelo de la becacina

Esta pequeña ave, al arrancar en vuelo suele producir un sonido curioso que suena algo así como un ‘chirr’, un grito corto y raspante que emite antes de describir regates en forma de zigzags antes de perderse de vista.

 

Todo sobre la becacina

 


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