Graban pollos de perdiz roja en Palencia en pleno mes de agosto
Uno de los colaboradores del Proyecto Coturnix en Palencia nos trae estas sorprendentes imágenes. Un hembra de perdiz roja acompañada de cinco perdigones con escasos días de vida.
Las condiciones climatológicas han malogrado esta temporada la cría de la perdiz roja en diferentes puntos de la geografía española. Las altas temperaturas, la extrema sequía y las tormentas caídas en mayo han acabado con gran parte de las nidadas.
Una hembra de perdiz roja no se rinde y saca adelante su puesta
Las imágenes han sido grabadas por Pedro Patiño, colaborador habitual de Club de Caza. El viernes observó mientras realizaba un conteo de codornices para colaborar con el Proyecto Coturnix como una perdiz se comportaba de una manera extraña. Sus conocimientos de la fauna silvestre le hicieron pensar que se trataba de una hembra incubando un nido o que trataba de proteger a su prole. Dos días más tarde regresó al mismo lugar en el que vio a la pájara. Para su sorpresa a principios de agosto había sacado adelante su nidada. Ver para creer.
La depredación acaba con un tercio de los perdigones
Según desprende un estudio del MITECO, "una pareja sólo logra sacar adelante de un 30 a un 35 por ciento de sus crías. La media de huevos que pone una pareja se puede cifrar en 14 y los nidos aprovechados representan, en muchas de las experiencias realizadas, el 35 por ciento de los construidos; el 10 son abandonados y el 55 destruidos por depredadores terrestres menores".
La Administración asegura también en este estudio que, "el ganado lanar y cabrío pisa muchos nidos de perdiz. El granizo y las lluvias torrenciales de primavera, al igual que las segadoras de forrajes y cosechadoras de cereales, destruyen nidos, rompen huevos a su paso y arrollan a multitud de polluelos". En cambio, una iniciativa liderada por José Luis Garrido eleva al 60% los huevos y pollos de perdiz predados cada año.
Doble puesta en las perdices
También cabe la posibilidad de que la hembra haya sacado una segunda puesta, aunque Pedro cree que es más factible que la patirroja haya perdido el primer nido por un ataque de depredadores. Un estudio firmado por Fabián Casas y colaboradores analizó la reproducción de la especie y especialmente el fenómeno de la doble puesta a lo largo de cuatro años. Las conclusiones que sacaron en este proyecto los científicos fueron que, "el éxito de la doble nidada tiene mucho que ver con la climatología del año.
De este modo, la doble puesta disminuyó en los años secos, lo cual se tradujo en una dificultad para poner e incubar de forma segura, al existir menos cobertura vegetal, incrementándose el riesgo de predación. No obstante, aunque los machos incubaron en menor proporción, tuvieron más éxito a la hora de sacar adelante su pollada y los autores sugieren que la doble nidada podría estar sucediendo más a menudo de los que pensamos".