Las tormentas caídas en mayo y las altas temperaturas han mermado en más de un 50% las nidadas de perdiz roja en algunas zonas
La climatología ha llevado al traste lo que en un principio era un extraordinario año de cría. Hablamos con gestores andaluces y castellanomanchegos para preguntarles sobre sus expectativas de cara a la temporada perdicera.
Las temperaturas no dan tregua a la fauna silvestre. Según el pronóstico de Aemet, llega una nueva ola de calor a la Península Ibérica. El calor durará al menos hasta el próximo miércoles, 19 de julio, y afectará especialmente a las zonas del centro e interior sur peninsulares. Más de 30 provincias de doce comunidades autónomas estarán hoy en alerta por altas temperaturas.
Los cazadores luchan por la supervivencia de la perdiz roja
A primeros de mayo las imágenes que llegaron a la redacción de Club de Caza llenaron de esperanza a los cazadores españoles. Nidadas en diferentes puntos de España contaban en ocasiones con hasta 28 pollos.
Las precipitaciones caídas en mayo y principios de junio, que los agricultores recibieron con alegría, acabaron con la vida de gran parte de los perdigones con escasos días de vida. No solo la lluvia mató a los polluelos, también el barro que generó en las zonas de cultivo costó la vida a un gran número de pollos.
Gestores gaditanos y de Castilla-La Mancha cifran en un 50% el número de patirrojas que no ha sobrevivido al calor y a las tormentas. Este hecho les ha obligado a replantearse el número de perdices a abatir la próxima temporada. Su objetivo es garantizar que al llegar diciembre queden en el campo un número de pájaros suficiente para que se recupere la población en el año 2024. En las zonas más afectadas los gestores ya se están planteado no cazar la perdiz en octubre.