Un gigantesco jabalí aterroriza a dos lobos y los hace huir a toda prisa
La presa se convierte en perseguidor y el depredador acaba escapando del aninal del que quería alimentarse. Al ver el tamaño del jabalí lo entendemos perfectamente.
Los lobos paran a una distancia prudencial. Su olfato les ha llegado a encontrar al jabalí al que seguían la pista. Pero no se aproximan. Solo observan el inmenso cuerpo que destaca entre la vegetación.
Un jabalí monstruoso
El macareno también les mira fijamente. Permanece inmóvil, confiado en su poderosa fortaleza. Los lobos, solo dos, no son adversarios por los que preocuparse demasiado.
Pero la situación se torna demasiado tensa, y el jabalí decide acabar con todo ello. Es cuando sale de la espesura y comprobamos el verdadero tamaño de su enorme cuerpo. No solo nosotros. Los lobos también se percatan de lo peligroso que podría resultar un enfrentamiento con un colosal animal como este. Por eso, escapan a toda prisa. Será más conveniente buscar una presa que represente un peligro mucho menor. Una que no sea tres veces mayor en tamaño.
Lobos contra jabalíes: cruentas batallas
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Antonio López Espada
