Erizos, jabalíes, gatos… demasiados depredadores para conejos y liebres

Inconfundibles por una morfología definitoria, reconocerás a los erizos por las púas protectoras que cubren buena parte de su cuerpo. Su aspecto amigable, heredado en parte de la mítica serie infantil con Espinete como protagonista, no debe llevarnos a confusión. Son depredadores oportunistas que se alimentan de otros animales cuando consiguen atraparlos, gracias sobre todo a su olfato y su oído, muy desarrollados.

Su cuerpo cuenta con entre 5.000 y 7.000 púas compuestas de queratina que les sirven de protección ante buena parte de sus potenciales depredadores.

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Carroñeros, pero también depredadores

Los erizos son animales cuya alimentación se basa en pequeños invertebrados, pero también pequeños vertebrados como roedores, reptiles, ranas, así como frutas, frutos secos y semillas. Depende de la disponibilidad, marcada sobre todo por la estación del año.

No desdeñará la carne de animales mayores en tamaño que hayan muerto, cumpliendo una valiosa labor de carroñero de los bosques, pero también ataca a las crías de conejos y liebres, cazando y matando para devorarlas.

Jabalí, carroñero y cazador

La mixomatosis y la NHV son enfermedades que acaban con la vida de incontables conejos y cada vez más liebres. El papel que cumplen animales omnívoros y carnívoros como el jabalí resulta muy útil para ‘limpiar’ de cadáveres infecciosos buena parte de los campos. A continuación, verás cómo un cochino no desaprovecha la oportunidad de devorar el cuerpo de un conejo que ha encontrado sin vida en una charca. No resulta extraño, puesto que la mixomatosis produce síntomas como la deshidratación, y los animales infectados buscarán fuentes de agua para intentar saciar su elevada sed.

Liebres, también en el menú del jabalí

Resulta difícil de creer que un jabalí, que puede alcanzar velocidades de hasta 40 kilómetros por hora, pueda alcanzar a una liebre sana, no solo mucho más veloz, pues llega a superar los 70 kilómetros por hora en sus carreras más vertiginosas, sino más ágil y con una capacidad de recortar y regatear incomparable en el reino animal.

Por ello, cuando un suido se alimenta de uno de estos veloces animales, suele ser porque lo ha encontrado ya sin vida o ha logrado hallar lebratos indefensos en su encame.

Gato, el depredador que nunca debería matar conejos y liebres

Las capacidades de acecho y captura de los gatos domésticos se sitúan entre las más efectivas de los depredadores terrestres. Su paciencia y mimetismo le llevan a acercarse a presas muy precavidas sin que estas lleguen a percibir el peligro. Esto resulta fatal para animales como el conejo o la liebre, que no escuchan la sigilosa aproximación del felino, tal y como ha sucedido en el siguiente vídeo:

Y con las liebres sucede exactamente lo mismo. Al permitir que los gatos domésticos salgan de casa, les abrimos la puerta a matar a cualquiera de las especies que forman su larguísima lista de posibles presas.

Y esto se ha contabilizado en distintos estudios científicos que arrojan cifras aterradoras, llevando a la extinción a especies de distintos países, como Australia, donde depredan sobre 377 millones de aves y 649 millones de reptiles, o Estados Unidos, donde las cifras apuntan a entre 6.900 y 20.700 millones de animales depredados por los gatos cada año

Y, como ejemplo muy representativo, no te pierdas este vídeo de un gato con una liebre aún viva que acaba de capturar: