Rocío Brocal: una joven cazadora muy comprometida con el campo y su gestión
Mujeres cazadoras

Rocío Brocal: una joven cazadora muy comprometida con el campo y su gestión

Toda la vida, en el campo, la mujer ha estado vinculada con la actividad cinegética. Con la cinegética, la ganadería, la agricultura… toda la vida ha existido la mujer rural.


Muy lejos de ser “un mero elemento folclórico”, como en su día las infravaloró Uralde, las mujeres cazadoras desempeñan un fundamental papel en el sector. Ya fuera escopeta en mano o preparando caza, seguro que muchas de las abuelas de los que los que nos estáis leyendo, conocían bien este mundillo.

Está claro que, con los años, todo ha cambiado mucho, y con ello, el crecimiento y la implicación de la mujer en el sector cinegético.

Hoy hablamos con una de ellas.

La protagonista: 23 años y toda su vida como cazadora

Rocío Brocal Fernández tiene 23 años y es natural de Almería, aunque actualmente reside en un pueblo granadino. Siempre ha estado muy vinculada al mundo rural. Siendo tan sólo una niña, decidió acompañar al monte a la pareja de su madre, que era cazador “generalmente íbamos al jabalí y a la perdiz al salto”. Desde aquella, recuerda, no dejó de hacerlo. Se desvive por la que se ha convertido en la mayor de sus pasiones.

Hoy en día, no hay caza que se le resista a la joven almeriense: practica tanto la menor, como la mayor. Al salto, en mano, a rececho, en batida y en montería, muchas son las modalidades que ha practicado y práctica, pero aseguraba que el jabalí al salto es sin lugar a duda, la que eriza su piel y acelera su corazón.

¡Qué tendrán los “guarros”!

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La caza a ojos de Brocal

“La caza para mí siempre ha sido un modo de desconectar de todo. El simple hecho de ir al campo y estar en silencio o en compañía de mis perros era suficiente para venir con las pilas cargadas. Siempre he pensado que la percha no lo es todo. Lo más importante de la caza, para mí, es la gestión. Evita muchos accidentes de tráfico y de los daños a la agricultura… ni hablamos. En los pueblos, los que cultivamos, lo sabemos bien.”

La caza muchas veces es criticada por personas que no tienen ni idea de lo que realmente es. Se basan en estereotipos, en las personas que la practican mal o simplemente en lo que se imaginan, sin dar ni siquiera oportunidad a conocerla desde dentro. Esto es como la comida: no puedes saber que algo no te gusta sin haberlo probado.

La cabra montesa

La cabra montesa, es una de las especies que más abunda en la zona donde vive Rocío.

Nos cuenta que la población desmesurada de estos animales ha dado lugar a un brote de sarna. El ácaro Sarcoptes scabiei ha terminado con la vida de muchísimos ejemplares. Se trata de una enfermedad altamente contagiosa que se transmite a través del contacto directo. Los ácaros, que se encuentran en la piel de las cabras, provocan irritación, inflamación y unas costras muy molestas. Es precisamente la formación de esas costras, unido a la pérdida del pelaje y el engrosamiento de la piel lo que las hace tener un aspecto muy desagradable “da lástima verlas”.

Gran parte de la familia de Amador, el novio de Rocío se dedica a la agricultura. Tienen almendros, higueras y viñas, entre otros cultivos y de todos ellos hacen uso las cabras. “Los animales intentan buscarse la vida a costa de destrozar la nuestra”

Con estas palabras, Brocal lamentaba la situación en la que se encuentran muchas familias que habitan el medio rural. La joven, es una amante de los animales, pero, ante todo, tiene sentido común y asegura que, por eso, es cazadora.

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Gestión y aprovechamiento

“Aquí por cada coto nos dan x precintos para hacer gestión y aunque nosotros intentamos, por todos los medios, abatir el número de ejemplares establecido, la caza de la cabra es muy difícil

La naturaleza esquiva de estos animales es lo que hace de su caza todo un reto, según nos contaba Brocal. Las cabras y como ya sabemos, los “guarros”, son las especies que le quitan el sueño a la joven. El sueño… y el tiempo en la cocina. Para Rocío el aprovechamiento culinario de la carne de los animales abatidos es primordial.

“Pienso que es el mayor respeto que se le puede dar a un animal. Para mí el aprovechamiento tiene más peso incluso que los trofeos”.

Los cazadores sabemos que el embutido de jabalí y ciervo es un majar. Pocas cosas habrá como cortar unas rodajas y un trozo de pan, en medio de una jornada de caza, cuando el hambre aprieta. El tartar y el carpaccio de corzo o rebeco, son otra de las maravillas que tenemos la suerte de disfrutar quienes cazamos.

Rocío por su parte, saca buen partido a la cabra. Cuando consigue dar caza a una de ellas suele, o decantarse por el famoso guiso a fuego lento, con verduras y vino o rebozar filetes “como si fueran de cerdo o pollo, pero con una carne más sana y natural”. Cualquiera de las dos opciones tiene una pinta bárbara… pero ya sabemos, que una imagen, vale más que mil palabras.

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“La caza es como mi segundo nombre”- Rocío Brocal

Si quieres ver a Rocío, junto a otras 4 cazadoras en una apasionante jornada de esperas al jabalí, no te pierdas el siguiente reportaje con vídeo:

Pulsa en la imagen para acceder.

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