Caza un extraordinario corzo con 30 centímetros de longitud: hablamos con el afortunado cazador
Crónicas de caza

Caza un extraordinario corzo con 30 centímetros de longitud: hablamos con el afortunado cazador

Un apasionado de la caza a rececho se topó ayer domingo, casi de casualidad, con un corzo impresionante. Nos cuenta cómo fue el repentino y emocionante lance que le llevó a abatir un corzo prácticamente único.


Cazador de menor, pero sobre todo de mayor y enamorado del rececho. Así se define Bruno Peris, un conquense de 47 años que ayer salió a recechar el corzo en la provincia de Cuenca. No fue una jornada normal, como él mismo nos detalla:

Un agricultor podando en la zona que iba a recechar

-“Fui a cazar a una zona donde el año pasado vimos unos corzos, una zona almendros jóvenes que está lindando con zona de viñas. Al llegar, los planes se fueron al traste porque el agricultor estaba el podando las cepas. No quedó otro remedio que improvisar otro itinerario para el rececho”.

Ante el imprevisto, Bruno decidió cambiar de zona y dirigirse a un área de monte y chaparras del coto. Pero, en ese trayecto, antes de llegar al punto donde comenzaría a recechar, en un barranquete escuchó un tropel:

-“Me detuve pensando que por allí había un ciervo o alguna hembra, pero entre los árboles vi una corza. Iba corriendo, y tras ella iba el macho”.

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Las cuernas del corzo superan los 30 centímetros de longitud. A la derecha, el trofeo del impresionante corzo junto al equipo utilizado por el cazador conquense.

Un lance afortunado

Cuando el cazador se percató de la calidad del trofeo de aquel corzo, posó el bípode en el suelo con la esperanza de que el animal le diera opción a disparar antes de perderse entre las chaparras. Y así fue. Aprovechó que el aire venía de maravilla y apuntó su rifle Tikka T3X en calibre .270 Win. Short Magnum hasta fijar la paletilla del corzo en la cruz del visor Swarovski Z8.

Bruno nos cuenta que este es el equipo que le permite recechar cualquier especie de nuestra venatoria, ya sea un gran ciervo o un corzo, pasando por el gamo o el jabalí. Para el duende del bosque, elige la bala Norma TipStrike en 140 grains. Así nos cuenta los segundos previos a accionar el gatillo de su arma:

“Me dio tiempo justo a sacar el bípode y el corzo aguantó en el único pelao que había en aquel monte. Allí se paró a pesar de que la hembra siguió y se metió entre los árboles. Lo que sucedió es que los corzos estaban encamados allí y yo pasé cerca. Un cúmulo de situaciones afortunadas, desde el agricultor podando la viña hasta el camino hacia el cazadero que había decidido. Con el momento culmen en que el corzo se detuvo en la única zona en la que podía afrontar el disparo. Todo sucedió en apenas unos segundos. Apunté a la paletilla y disparé”.

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El corzo destaca por su longitud, grosor y bonito perlado.

Un trofeo impresionante

Y el corzo cayó fulminado. Es uno de los aspectos que enamora al cazador sobre el calibre elegido. “Si aciertas en una zona vital, es demoledor”, nos cuenta, antes de recordar lo que sintió cuando se aproximó y vio el trofeo del corzo más cerca: “Cuando lo ves por el visor, lo ves grande, pero cuando lo tienes en la mano… Es el corzo más largo que he cazado y que he visto. Tiene 30 o 31 centímetros de longitud, es muy grueso y cuenta con un precioso perlado. Lo normal en un corzo bueno son cuernas de 22, 23, 24 centímetros”.

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Un amigo de Bruno encontró el año pasado este desmogue en la misma zona donde abatió su corzo el domingo.

Un desmogue del mismo corzo

Sin duda, un trofeo impresionante que, a raíz de su abate, ha conocido una no menos sorprendente curiosidad. Un amigo suyo le ha enviado una fotografía de un desmogue que encontró el pasado año en una zona muy cercana a la del abate del corzo. No hay duda de que se trata del mismo animal, puesto que la conformación de la cuerna es idéntica, eso sí, un poco más corta y menos gruesa. Un recuerdo más para un rececho inolvidable.

 


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