Un pequeño perro apasionado por el corzo que lo quiere cazar hasta en la televisión
Conocemos a Tika, una joven parson Russell terrier que no puede reprimir su pasión por la caza del corzo no cuando aparece en la televisión.
Bruno es el orgulloso propietario de la joven Tika de la Torre de Justo. Con apenas dos años, esta preciosa ejemplar de la raza parson Russell terrier se ha convertido en la compañera inseparable del cazador conquense.
Un corzo altera a esta perra en el salón de su casa
Vemos por primera vez a la perra en un gracioso vídeo que graba su propietario cuando reacciona de manera sorprendente al aparecer un corzo en un programa de caza que estaban viendo en la televisión de casa. Enseguida contactamos con su propietario para que nos hable de la pequeña terrier.
“Estábamos viendo la televisión y salió un primer plano de un corzo”, nos relata Bruno. “Tika saltó del sofá y acudió a la tele ladrando. Intentaba ventear al corzo que estaba viendo. Fue una situación muy graciosa, porque empezó a darle la vuelta a la tele y a la pared donde está para intentar encontrar al corzo, que es su presa predilecta cuando vamos de caza”.
La perra cumplirá dos años en noviembre, y le acompaña a los recechos y cacerías de corzo, ciervo y jabalí desde que cumplió los seis meses de edad. Su carácter tranquilo y obediente en casa se transforma en pura pasión por la caza en cuanto pisa el campo.
El hijo de Bruno, también cazador, junto a Tika tras un rececho de crozo. El oído de Tika es una prolongación de los sentidos para el cazador.
El oído de la perra es una extensión de los sentidos del cazador
La observación del entorno y de las costumbres de los animales resulta crucial para el éxito en la época de la caza en rececho. Y Bruno acude al monte con Tika porque aguarda pacientemente junto a él sin moverse y sin hacer ruido alguno.
El cazador nos confiesa que la perra le avisa de la inminente llegada de algún animal. Esto le lleva a ir más seguro al puesto, ya que ha sido operado del oído izquierdo y no goza de una audición plena. Pero la perra se ha convertido en una prolongación de este sentido. Ya le ha ocurrido con algún ciervo que, si no llega a ser por el aviso de Tika, quizás no hubiera abatido.
Este es el ciervo que cazó Bruno gracias a que Tika le avisó de su cercanía.
Le preguntamos a Bruno cómo nota, a través de Tika, que un animal anda cerca. Nos cuenta que se pone en tensión, mira fijamente a la zona donde está el corzo, jabalí o ciervo, pone inhiestas las orejas en modo atención y hace ademán de gruñir. Cuando la perra se comporta así, el cazador sabe que el lance es inminente.
Insuperable en el rastro
La tarea del seguimiento de animales heridos es algo innato en Tika. Su propietario selecciona uno de estos rastros para contárnoslo: “Un compañero había disparado a un buen corzo. Pero cuando acudió al lugar del supuesto impacto de la bala, no había ni sangre ni pelos. A pesar de esto, estaba seguro de su acierto, por lo que decidí acompañarle junto a Tika. Una vez allí, le dije que nos llevara al lugar exacto del lance, pero allí no había rastros del animal herido.
De repente, Tika comenzó a seguir un posible rastro. La monitoreamos con el collar GPS y se detuvo a unos 300 metros. Allí estaba el corzo muerto”.