Sin poder levantarse y respirando a duras penas: así encontraron a este corzo en Asturias
Un cazador se encontró durante una batida de jabalí, una escena de lo más desagradable. Un ejemplar de corzo, incapaz de ponerse en pie, agonizaba lentamente en un matorral.
El pasado 7 de octubre, el cazador Alejandro Vega se encontraba monteando con la cuadrilla “Monte Llosorio”, en el coto de Mieres (Asturias).
La mañana transcurría tranquila en un terreno abrupto y pendiente, poblado de castaños, helechos y bardos. Uno de los más típicos montes asturianos.
El triste hallazgo
Cuando los puestos estuvieron colocados, mandaron soltar a los perreros. Alejandro quitó la trilla a Olaff, su inseparable azul de Gascuña. Un perro de gran olfato, tremendo instinto y enorme afición por el jabalí.
Minutos después de soltar los perros, un corzo se levantó. O al menos, eso lo intentó. El pobre animal no duró en pie más de unos segundos y cayó rodando matorral abajo.
Al ver que no huía, el cazador decidió bajar a ver que le pasaba.
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La agonía del animal
Su perro, perfectamente limpio, no hizo ademán de acercarse al corzo que se quedó tendido en un llano a escasos 200 metros. “Llegué hasta él y vi que no le funcionaban las patas de atrás”- cuenta Vega. El animal no se tenía de pie y le costaba mucho respirar. No le quedaban fuerzas y su aspecto era realmente malo.
El cazador esperó pacientemente a ver si se recuperaba, pero no fue así, más bien todo lo contrario. El corzo agonizaba lentamente, razón por la cual, decidió terminar con su sufrimiento.
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¿La mosca del corzo?
“Mi teoría es la siguiente”-comenzaba Alejandro. “Descarto un atropello, la carretera más cercana, está por debajo de donde encontré al animal y en la situación que estaba, es imposible que subiera hasta allí. Veo muy posible que fuera consecuencia del gusano porque este año en el coto se abatieron a rececho ejemplares infectados. Además, donde apareció este corzo había camas de haber estado echado durante varios días”-afirmaba el cazador.