Encuentran un extraño cérvido con colmillos y lo anestesian para atraparlo
Se trata de un ejemplar de muntjac, un ciervo asiático que deambulaba por un jardín de una vivienda en Alemania.
Tildado como el ciervo más raro del planeta, el muntjac común, también conocido como ciervo ladrador por el característico grito que emite, suele habitar en Asia, desde Taiwán y el sur de China, pero se le encuentra en todo el Sudeste Asiático, aunque a partir del siglo XX también fue introducido en Inglaterra. Lo extraño es lo que ha sucedido en una ciudad alemana, donde uno de estos animales fue descubierto en el jardín de una vivienda de Kirchheim, cerca de Stuttgart. Allí nadie sabe de dónde ha podido salir este ejemplar ni quién es su posible propietario. Aunque no cuentan con que aparezca el dueño, ya que la especie está protegida y la ley alemana no permite tenerlos de manera privada.
La policía alemana tras capturar al pequeño cérvido asiático.
En buen estado físico
Tas avisar a las autoridades, la policía acudió a un veterinario del distrito de Esslingen, quien anestesió al animal y lo metieron en un trasportín para trasladarlo al parque natural de Tripsdrill. Las últimas informaciones confirman que el animal se encuentra en perfecto estado físico, aunque los veterinarios del parque lo mantienen en cuarentena hasta que analicen sus heces y determinen si hay que desparasitarlo o tratarle de alguna afección. Si todo transcurre de manera positiva, lo introducirán con una manada que vive en las instalaciones.
Ciervos únicos
Los machos de esta especie presentan pequeños cuernos, de unos 10 centímetros de longitud, que sobresalen de unos largos pedicelos cubiertos de pelo corporal que arrancan justo encima de los ojos. Otra particularidad morfológica de estos animales la componen los caninos alargados que presenta en la mandíbula inferior. Los machos también tienen caninos superiores alargados de entre dos y cuatro centímetros y ligeramente curvados, que pueden utilizarse en conflictos entre machos e infligir heridas graves.
Además, cuentan con unas glándulas odoríferas faciales delante de los ojos de gran tamaño que utilizan para marcar sus territorios y para atraer a las hembras. Todo esto les confiere una presencia física que llama la atención de aquellos que no lo conocen.