Un cazador lleva a cuestas a su hijo de tres años los días de caza cuando la orografía lo requiere
La afición por la caza de Alan Álvarez ha obligado a su padre, un traillero cántabro, a adquirir una mochila portabebés de montaña para transportar a su hijo en las zonas de caza más difíciles.
Rubén Álvarez, colaborador habitual de Club de Caza, define a su hijo como “un niño rural y un futuro cazador de perros de rastro. Sus compañeros de juegos son mis perros de las razas gran sabueso azul de Gascuña y dos grifones. La pasión del niño por la caza y los perros no tiene límite".
Padre e hijo comparten cada momento en el monte. Pasión compartida por los perros de rastro.
Un niño que sueña con ser traillero
Alan cumplió 3 años el pasado 9 de diciembre. Acompaña a su padre de caza y en sus salidas al campo prácticamente desde que nació. Su deseo es formar parte como su progenitor de la cuadrilla 115 de la Reserva Regional de Caza de Saja. Grupo presidido por Juan Díaz Calderón, con sede en Ucieda, localidad del municipio de Ruente.
A pesar de su corta edad ya ha visto gran parte de la fauna que habita en el norte de España, entre ellos al lobo ibérico. Según su padre, el crío ya es consciente de la problemática del depredador con el ganado.
El hijo de Rubén y Mayra Alejandra tiene claro que quiere desarrollar su vida en plena naturaleza. Vivir en un municipio de poco más de 500 habitantes como es Ucieda. Con niños como Alan, el futuro de lo que algunos llaman la "España Vaciada" está garantizado.
Javier Fernández
