Las mejores armas contra el cáncer para un cazador: el amor de su familia y la caza
Te contamos la historia de superación y amor incondicional de un cazador de Ciudad Real. El apoyo de su mujer y su hija, que se han aficionado a la caza para acompañarle, y su pasión por la cinegética han resultado claves en su recuperación de la enfermedad.
A Juan Carlos Lara hace tres años le diagnosticaron cáncer de estómago y de páncreas. Ese día se le vino el mundo encima. Tras una compleja operación que necesitó de 160 puntos de sutura logra salir adelante. El postoperatorio fue difícil. Estuvo 21 días en la UCI. Actualmente está recibiendo sesiones de quimioterapia para completar su sanación de la dolencia.
El cazador y su familia, que se ha aficionado a la caza para acompañarle. A la derecha, junto a su hija.
Su familia le ha regalado un rececho de ciervo en berrea para celebrar su recuperación
Juan Carlos Lara, Cristina Pérez y Triana forman una familia de cazadores de Puertollano, municipio de la provincia de Ciudad Real. La mujer y la hija del cazador se aficionaron a la caza para ayudar a salir adelante a Juan Carlos. Cristina ha obtenido el permiso de armas y la licencia de caza esta temporada.
La familia de cazadores.
Antes de diagnosticarle la enfermedad el cazador practicaba la caza al salto con perros. La merma física que le produjo la operación para superar el cáncer le ha llevado a cambiar esta modalidad por la montería, la caza del jabalí en espera y la de palomas a puesto fijo.
Recibió un rececho de ciervo como regalo de Reyes y por vencer la batalla contra el cáncer.
Actualmente pasa la mayoría del tiempo que puede en una vivienda que tiene en una parcela de olivos y almendros. En esta publicación el cazador desea agradecer el trato que le ha dispensado Jesús Cristino, uno de los propietarios de la empresa cinegética Monterías y recechos JC y AM. La orgánica, según el cazador, le trata a él y a los suyos como si fueran parte de la familia del orgánico y le ha dado todas las facilidades para que pueda asistir a las monterías.
Javier Fernández
