Dos galgueros dedican su tiempo libre a salvar liebres enfermas de mixomatosis
Los cazadores pacenses han salvado tres orejonas enfermas en lo que va de temporada. El mundo galguero es el único que parece estar interesado en salvar a la liebre ibérica.
Los galgueros han limitado los días de caza en sus acotados o se han auto vedado la caza de la liebre. Sirva de ejemplo el coto Los Campillos, al que pertenecen Francis García y Diego León, situado en el municipio extremeño de Quintana de la Serena, en el que esta temporada los socios únicamente van a cazar cuatro días. También han extremado su vigilancia contra el furtivismo.
Refugios para las liebres.
Los furtivos en Extremadura, al igual que en otras comunidades autónomas, masacran las liebres. Montados en vehículos todoterreno localizan a las orejonas en las camas con dispositivos térmicos. Los socios del coto social patrullan por parejas cada noche los terrenos del acotado para intentar evitar estas prácticas delictivas.
Liebre enferma. A la derecha, liebre enferma de mixomatosis siendo recuperada por los galgueros.
Los cazadores llevan cinco años luchando por la supervivencia de la liebre ibérica
La mixomatosis continúa matando a las rabonas en España. A mediados de julio de 2018, se tuvo constancia de los primeros casos de mixomatosis en liebres en la Península Ibérica. Desde esa fecha, galgueros de toda España comenzaron a luchar contra la enfermedad. Entre los proyectos del sector cinegético para salvar a la liebre está el de la Federación de Galgos de Castilla y León. A día de hoy, no tenemos constancia de que se haya obtenido un método específico para evitar la mortandad de las liebres.
Bebederos.
Bebederos, comederos y perdederos artificiales para ayudar a la liebre ibérica
Los socios del coto Los Campillos han colocado una decena de puntos de agua y alimento en beneficio de la fauna silvestre que habita en los terrenos que gestionan. A esto hay que sumar la decena de refugios que han construido con piedras o con pallets y tubos de PVC para las orejonas. El objetivo de estas construcciones es evitar su captura o que las liebres sean víctimas de los depredadores.
En el acotado, al igual que en la mayoría de los cotos españoles, ha disminuido notablemente el número de ejemplares. De ahí que se ha limitado el número de días de caza esta temporada. Para desarrollar su pasión, los cazadores han tenido que desplazarse a Portugal y otras comunidades autónomas. Los únicos cuatro días que han cazado en el coto social este año han capturado en la cama tres liebres enfermas. Dos de las rabonas, tras pasar la enfermedad, han sido liberadas. El tercer animal será soltado en los próximos días.
Javier Fernández
