Cazan un jabalí de 21 centímetros de colmillo con el pecho totalmente blanco
Crónicas de caza

Cazan un jabalí de 21 centímetros de colmillo con el pecho totalmente blanco

Un veterano montero abatió el pasado viernes un impresionante jabalí de 118 kilos con un espectacular trofeo. El enorme cochino no solo destaca por su tamaño y su boca, también lo hace por tener el pecho y parte de la cabeza de color blanco.


El jabalí ha sido abatido en los terrenos que gestiona en la provincia de Huesca la cuadrilla de cazadores 'Manolo Martínez'. El grupo de cazadores fue fundado hace más de 50 años por el rehalero de 74 años. Los integrantes de la colla abatieron el pasado año más de 800 jabalíes en las más de 65.000 hectáreas que gestionan en Aragón y Cataluña.

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El cochino presentaba el pecho de color totalmente blanco. En el centro, impresionante vista frontal de la boca del cochino.

Medio siglo en la caza

Pepín Gómez es un cazador de 65 años nacido en Montoro, localidad de la provincia de Córdoba. Cuando aún era muy pequeño su familia se instaló en Cataluña. Actualmente reside en Reus, municipio de la provincia de Tarragona. A los diez años ya acompañaba a su padre en la caza de conejos y perdices al salto. Con el paso de los años, ha dedicado únicamente sus jornadas de caza a la mayor. Desde más de una década forma parte de la Cuadrilla Manolo Martínez.

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Pepín mide el trofeo del jabalí.

Un jabalí con un color de manto único

El cazador ha tenido que esperar 50 años para abatir el cochino de mayor trofeo de su vida. La fortuna en la batida celebrada el viernes en Baélls, municipio perteneciente a la Comarca de la Litera, al este de la provincia de Huesca, sonrió por partida doble al cordobés. Por las dimensiones de las navajas del macho, de 21,4 centímetros de longitud y 2,5 de grosor, así como por el atípico manto del macareno. Según Pepín, "no es la primera vez que se abate un ejemplar de estas características en la mancha".

El puesto que le tocó en suerte en la montería al cazador estaba situado en lo alto de una roca, en una armada de cierre. La suelta se hizo en las cercanías de su postura. Diez minutos más tarde se produjo una ladra. Tras una breve escaramuza entre los perros y el cochino el monte quedó en silencio. Fue entonces cuando el cazador pudo ver al cochino entre las carrascas y encinas.

En un primer momento, se percató que era un animal de gran tamaño. Lo abatió a 70 metros. El primer disparo de su rifle semiautomático de la marca Winchester del calibre .30-06 impactó en una de las patas delanteras del cochino, mientras que la segunda detonación se paró en uno de los jamones. Al oír los disparos, los perros acudieron al lugar de lance. Lograron parar al navajero. Pedro, uno de los perreros, remató a cuchillo el cochino. José María, hijo del cazador, fue el encargado de sacar el animal del monte.

 


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