Así quedó el coche de un pescador tras colisionar con un macho montés
Un pescador turolense se llevó uno de los mayores sustos de su vida cuando un imponente macho montés saltó sobre el capó de su vehículo cuando se dirigía al trabajo. En la parte delantera del coche ha quedado impresa la forma de uno de los cuernos del animal al impactar contra el automóvil.
Según el MITECO, "la población estimada en toda la Península Ibérica de cabras monteses es de unos 50.000 ejemplares distribuidos en más de 27 núcleos, entre los que destacan las poblaciones de Sierra Nevada, Gredos, Maestrazgo, Serranía de Ronda y Sierras de Grazalema". Existen cuatro subespecies de monteses. Dos de ellas se han extinguido en tiempos recientes. La Capra pyrenaica pyrenaica, llamada popularmente bucardo, y la Capra pyrenaica lusitanica.
Restos de sangre del macho montés en la carrocería del vehículo. En el centro, la marca de uno de los cuernos del animal. A la derecha, pelos de la cabra.
El macho montés se reincorporó cuando el pescador trataba de apartarlo de la carretera
Pedro Romero, padre del joven competidor a nivel nacional de pesca continental y marítima conocido en redes sociales como Pedrito Fishing, vio cómo la mañana del pasado jueves un macho montés, con una cuerna según el pescador medallable, destrozaba la parte delantera de su coche Dacia Jogger.
El animal, según lo que nos informa Pedro, apareció de una manera inesperada en la carretera secundaria que separa las localidades de Muniesa, municipio integrado en la comarca de las Cuencas Mineras, y de Lécera. El pescador se dirigía a su puesto de trabajo cuando un macho montés saltó sobre el capó de su coche mientras el automóvil estaba en marcha. Del impacto, el animal cayó en el asfalto.
La velocidad moderada a la que viajaba el turolense evitó la tragedia. Cuando el conductor trataba de apartar al ejemplar aparentemente sin vida de la carretera el macho se reincorporó y salió corriendo. Solo se encontraba en estado de shock por el golpe. Sobre el chasis dañado del coche quedaron restos de sangre, pelo de la cabra y la silueta de uno de los cuernos del macho, cómo únicas pruebas gráficas del causante del accidente.