Una becada se posa y se refugia en su ventana

Los viajes migratorios de multitud de aves se producen en base a cambios estacionales que establecen la disponibilidad de recursos alimenticios e hídricos. Por ello, el instinto de las aves las lleva a anticiparse a estas modificaciones y las empuja a recorrer muchos kilómetros. En las becadas, como ejemplo de estas especies viajeras, sucede que huyen de suelos nevados y helados en los que les resultaría muy complicado sobrevivir durante los meses más fríos del año, para acudir a bosques sureños, también fríos, porque no deja de ser invierno, pero menor rigurosos.

Viajes largos y duros para estas aves

Esos viajes pueden acabar con la vida de un elevado número de ejemplares, ya que, aunque su instinto las lleva a elegir bien la climatología bajo la que volar cientos de kilómetros cada jornada, pueden acabar bajo una fuerte tormenta, como sucedió hace solo cuatro días, cuando un cazador de Irún encontró una de estas preciosas aves descansando en un portal de la ciudad vasca. No encontró otro sitio más resguardado para pasar esa noche de precipitaciones de agua y granizo.

Encuentra una becada posada en las calles de Pamplona

Una ventana como lugar para pasar la noche

Y, cuando sus alas y sus pulmones se agotan, intentan buscar un lugar donde descansar, un bosque, campo, un entorno natural. Lo que no es usual es que aterrice en la ventana de un edificio cerca de la Avenida Diagonal, de Barcelona, lugar desde el que nos envían esta curiosa fotografía.