Las sociedades de cazadores, más importantes que nunca

Las sociedades de cazadores, más importantes que nunca

La caza está por las nubes y muchos cazadores, sobre todo jóvenes, al no tener un trabajo y por tanto ingresos, y sus padres no puedan pagarle ese capricho, no tienen más remedio que colgar la escopeta, o el rifle, o sencillamente no convertirse nunca en cazadores por lo caro que es cazar. También muchos cazadores veteranos pueden seguir cazando porque pueden pagar unas cuotas más asequibles.


Hace muchos años existían en España lo llamados terrenos libres, en los que podía cazar cualquier persona sin pagar un euro. Lógicamente, por esta misma razón, apenas tenían caza, pero legalmente podías pasear la escopeta.

Actualmente, las sociedades de cazadores, miles en nuestro país, permiten a sus socios cazar a precios asumibles. Sobre todo la caza mayor, que ha sufrido un enorme incremento en todo el país en detrimento de la caza menor, que se ha rarificado. Ya en muchos terrenos, incluso antiguos cotos de caza menor, es más fácil ver una pieza de caza mayor que un conejo.

De todas formas no todas las sociedades pueden admitir cazadores que no sean del pueblo o descendientes directos, ya sea porque así lo ha decidido su asamblea o porque ya tienen el cupo de cazadores en función de las hectáreas que gestiona.

Sin embargo, hay muchas sociedades de cazadores, muchos pueblos de la llamada España vaciada, que cuentan con muchas miles de hectáreas y no tantos cazadores locales, que sí tendrían abiertas sus puertas a cazadores foráneos. Además sus cuotas ayudarían a gestionar mejor las hectáreas que tienen y otros gastos que surjan. Se matarían, además, dos pájaros de un tiro, nunca mejor dicho, porque los cazadores urbanos no sólo ayudarían a mantener y gestionar mejor el coto, sino que además esos cazadores ayudarían a la economía del pueblo, ya sea pernoctando en sus casas rurales, almorzando en sus restaurantes y bares, echando combustible en su gasolinera y comprando en sus tiendas.

Por todo creo que la Federación Española de Caza, con la participación de las federaciones autonómicas, de las que dependen la mayoría de estas sociedades, debería elaborar un listado nacional de todas esas sociedades que admitan socios foráneos y así muchos cazadores urbanos puedan formar parte de ellas. Aumentará así el número de cazadores, que falta nos hace tal y como están las cosas. Muchas sociedades podrán seguir gestionando sus hectáreas haciendo frente a numerosos gastos y las zonas rurales en las que se ubiquen estos cotos tendrán todos los fines de semana muchas personas que ayudarán a su economía. Y también será muy importante ese necesario y fructífero diálogo entre cazadores urbanos y rurales.

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