La fiesta nocturna de los conejos en una siembra, grabada con una cámara térmica
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La fiesta nocturna de los conejos en una siembra, grabada con una cámara térmica

Contar con una población tan abundante de conejos sería el sueño de cualquier cazador y la pesadilla para el agricultor al tratarse de una zona de cultivos. Los conejos han visto mermadas notablemente sus poblaciones en muchas comarcas de España en las zonas de monte. En cambio, se han multiplicado en muchos entornos agrícolas.


Una teoría muy extendida entre los cazadores es que este hecho se debe al menor número de mosquitos, pulgas y garrapatas que habitan en las siembras como consecuencia de los tratamientos fitosanitarios de los cultivos. Los insectos son vectores de transmisión de las enfermedades. Otra razón que esgrimen muchos aficionados y profesionales del campo para explicar semejante hecho es la menor población de depredadores terrestres existente en la campiña.

 

La situación del conejo en España

Las poblaciones de conejos en muchos puntos de España están pasando por malos momentos debido a la sarna, la NHV, la mixomatosis y la proliferación incontrolada de depredadores. Gran parte del sur de Andalucía o las comunidades del norte de la península han visto en los últimos años desparecer progresivamente sus poblaciones de conejos. Conejeros del grupo de Cazadores de Cádiz aseguran que tan solo en esta última temporada ha disminuido en sus acotados el número de lagomorfos en un 80% como consecuencia de las enfermedades. En cambio, en zonas de Murcia, la Comunidad de Madrid, La Rioja o Castilla-La Mancha gozan de una saludable población de conejos.

La proliferación de lagomorfos ha sido tal en algunos lugares que se ha convertido en un azote para los cultivos ocasionando cuantiosos daños.

Dónde hay menos conejos y dónde hay plagas

Según la Fundación Artemisan, diferentes “estudios realizados en Andalucía apuntan a que se han perdido en muchos lugares entre un 60 y un 80% de los conejos, y hay casos llamativos de amplias zonas de territorio en los que la especie se encuentra en mínimos históricos, como en Extremadura, Castilla-La Mancha y la propia Andalucía”. En cambio, en las zonas agrícolas, el estudio revela que “Las sobre densidades (en algunos casos consideradas plagas) de conejo que asolan zonas agrícolas y con la expansión de la especie a través de autovías y líneas del tren; de hecho, entre 2000 y 2013 se han incrementado exponencialmente los daños agrícolas por conejo de monte en la mitad sur Peninsular, y los estragos han llegado también a otros territorios como Madrid, Castilla y León y Aragón”.

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