Multilicencia, una muerte fetal
No se va a lograr lo que intentaba el Art. 38.3 de la futura Ley de Montes: «Las licencias de caza y pesca podrán, si así lo acuerdan las comunidades autónomas competentes, tener validez para el territorio de una o más de ellas».
Como documento multilicencia ha sido definido por el MAGRAMA el documento que substancia esa aspiración histórica de los cazadores de disponer de una licencia única para cazar en España. Los cazadores razonamos que debería de ser así, de la misma manera que lo son otros documentos de carácter universal, como el DNI, el carnet de conducir, o las tarjetas de crédito. El documento que disminuiría burocracia, costes y tiempo se define en el artículo 38.3 del borrador de la futura Ley de Montes, que ha sido elaborado sobre la estructura literal de la actual Ley de Montes 43/2003 de 21 de noviembre y dice sobre el documento multilicencia: 1.- Las licencias de caza y pesca podrán, si así lo acuerdan las comunidades autónomas competentes, tener validez para el territorio de una o más de ellas. 2.- En el marco de la Conferencia Sectorial se acordará el modelo al que se adaptará la licencia y se coordinarán los aspectos relativos a las condiciones necesarias para su obtención… El 38. 4º, crea el Registro Nacional de Licencias de Caza y Pesca. El Ministerio citó a mediados de marzo de este año a las ONG ecologistas, para darles a conocer ese cuarto borrador. También ha recibido el MAGRAMA a los cazadores para eso mismo. Los cazadores eufóricos y plenos de alegría hemos tirado las gorras a lo alto —como hacían en Tarascón, el pueblo de Tartarín—, y la hemos emprendido a tiros con ellas. ¡Ya hemos conseguido la añorada licencia única!, hemos gritado henchidos de alegría a la salida de esas reuniones. Pues no, no va a haber multilicencia, al menos entre la mayoría de comunidades autónomas, porque éstas no la quieren. Nos han vuelto a engañar. Saben todos que esto es una muerte fetal. Para interpretar este asunto hay que entender que no es lo mismo ser comunidad fuente, que sumidero en esto de exportar o importar cazadores. Las licencias de caza tipo A, para armas de fuego (que son las más solicitadas) valen desde 11’67 € en Cantabria a 42 € en Castilla y León, algo superior a la de Castilla la Mancha (40 €). Una licencia media en España puede salir a 25 €. La recaudación anual de todas las haciendas autonómicas, que son las competentes para poner la tasa y para materializar el acuerdo, ha sido de unos veintitrés millones de euros este año pasado. Habría posibilidades de acuerdo si costaran todas lo mismo, si los territorios fueran cinegéticamente equivalentes y si se repartieran equitativamente las jornadas de caza, cosa imposible. Para igualar el coste las comunidades de licencia baja tienen que aceptar el coste social de la subida y las de licencia elevada ver de donde sacan ese impuesto para compensar ingresos que cuadren los presupuestos. En mi tierra, por poner un ejemplo, hablamos de 122.690 licencias expedidas en 2012. De ellas, 121.000 para cazadores españoles y de estos 71.000 residentes en la comunidad y 50.000 que vienen de fuera. Somos una comunidad sumidero: tenemos caza. Sólo los 50.000 cazadores foráneos ingresan 2.100.000 euros. ¿Creen ustedes que va a perder este dinero la hacienda de Castilla y León, o la de Castilla la Mancha algo parecido, para repartirlo entre otras comunidades? Imposible. Eso sí, nos quedaremos sin cazadores en esta tierra, pero será a largo plazo, pensarán nuestros políticos que sólo ven en la caza una fuente de tasas para igualar sus insultantes presupuestos. La encomiable iniciativa del MAGRAMA de una licencia única, ha sido ignorada y está ya olvidada por todas las comunidades y esto lo conocen con certeza en el Ministerio. Pues que no nos cuenten milongas. Sólo podría realizarse si los 23 millones de euros que obtienen actualmente las CCAA se pudieran asegurar por el Ministerio y la multilicencia no costase ninguna exageración. Ahora mismo la licencia para las dos Castillas tiene un coste de 82 euros. Más las cacerías. La Conferencia Sectorial, ni se ha puesto, ni se va a poner de acuerdo, porque no vale lo que digan los Consejeros de M. A.; el acuerdo requiere que lo acepten los Consejeros de Hacienda, que saben todos que somos un sector cada vez más vulnerable y propicio para birlarnos unos millones de euros. Estos consejeros han manifestado que a la vista de las competencias de las CCAA en materia de caza, sería una irregularidad la unificación, a la que nadie los va a obligar. El tasazo puede llegar a cualquier comunidad. Afecta ya en las que han madrugado con la subida a la mayoría de los jubilados, pues ya no hay exención para quienes cobramos al año más de 18.000 €. La copia de patrones en estos casos va a favor de la recaudación que en el caso de Castilla y León se ha perpetrado con el ¡manos arriba! de un 63% de incremento de las licencias —42 euros vale cada una—, a los sufridos cazadores. El de Castilla la Mancha ha supuesto para los que practican sólo caza menor, pasar de 16’50 € a 40 € (un 242%), que ya es subir. Son las dos licencias más caras del país, en dos comunidades de las más pobres de España. Como veis, para estas cosas los consejeros de hacienda se ponen rápido de acuerdo y la medida correrá como la pólvora por las demás comunidades autónomas. Esto me indigna porque soy cazador y percibo esta falta de respeto a nuestro gremio que, además, les sale siempre gratis. ¿Se puede subir un 63% o un 242% la licencia por practicar un deporte y que no apedreemos las consejerías y corramos a gorrazos a los consejeros? Pues sí. Ni protestamos nosotros, ni se solidariza ningún vecino, porque ya saben ustedes que los cazadores somos todos ricos y crueles, al menos eso piensan de nosotros, pues ¡que paguen los ricos! La manifestación de mi Federación de Caza ante la Consejería de M. A. el día del Consejo de Caza, ya no la recuerda nadie y menos los políticos afectos, la mayoría virtuosos en el juego de triles. Nos quieren hacer ver que la bolita culpable está en el cubilete de la consejería de hacienda, como si fuera de otra comunidad, de otro partido o de otra guerra. Son todos iguales y han estado codo con codo el día que aprobaron esa tasa indecorosa. No nos insulten, señores de medio ambiente, que ya no estamos para tantas impertinencias. Habrá que ver en el juzgado si esta tasa, que debe emitirse según dice mi Federación y la propia Ley «con subordinación a los criterios, límites y elementos de cuantificación que determine la misma y a los que establece esta Ley», no es abusiva. Habrá que verlo. El pasado 16 de noviembre de 2012 se reunieron aquí en Valladolid, para tratar este asunto de la multilicencia, diez comunidades con diferente credo: Castilla y León, anfitriona, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla la Mancha, Extremadura, Euskadi, Galicia, La Rioja y Madrid. Ocho del PP. Hubo una propuesta de Extremadura que fue rechazada por Castilla y León porque no renuncian al cobro de sus altas tasas y por Madrid porque dudaba de la legalidad de un solo pago. Los tres del PP. Con el Ministerio tengo la misma impresión. Ellos saben lo que digo aquí, mejor que nosotros. Es cierto que ya han puesto la medida, pero no ocurrirá como ante cualquier acuerdo político, en el que todos los del mismo partido votan a una. Que fácil y bonito sería, si hubiera esa voluntad, para que las doce CCAA del PP lo acordaran. Puede ocurrir que algunas comunidades con características muy parecidas lleguen a un acuerdo, pero la mayoría no lo van a hacer. La multilicencia ha nacido muerta. (R.I.P.) Publicado en FEDERCAZA (Agosto 2013)