Así es como Podemos quiere acabar con la caza: mentiras y difamaciones del ‘Informe sobre la Caza en España’

Cifras inventadas que te harán desternillarte de risa y enfadarte a partes iguales, sin rastro de datos oficiales en las páginas del documento, acusaciones muy graves, tratamiento de furtivos a los cazadores… Todo para tratar de conseguir su sueño y convertir los cotos de caza en espacios que controlen ellos.


 Podemos y la caza
Podemos y la caza

Tras conocer que Unidos Podemos quiere abrir diálogo con los cazadores, hemos tenido acceso a este informe que deja muy claras las intenciones de la formación morada para con la actividad cinegética.

La principal tesis que intenta defender el documento Informe sobre la Caza en España es que la caza no ha planteado soluciones eficientes a los problemas del mundo rural. Y lo hace a partir de unos postulados que pretenden sembrar la incertidumbre, el odio e incluso el miedo en la sociedad.

Hablan falsamente de armas robadas a cazadores para inculcar intranquilidad, de «subvenciones un tanto ilícitas que se llevan a cabo por las Autonomías», de «perreras y protectoras sobre-saturadas cada año por los perros desechados para seguir ejerciendo». Acusan a la caza de «ocasionar el declive de los predadores naturales» o de «la introducción de animales criados y la mezcla de jabalíes salvajes con cerdos para que sean menos esquivos».

Muertes y heridos: ¿sabemos multiplicar?

Los disparatados datos ofrecidos en estas páginas no cuadran si leemos dos líneas seguidas. En primer lugar, sostienen que en la última década han fallecido cerca de 300 cazadores, para, poco después, afirmar que «la media anual (de muertes de cazadores) es de entre 44 y 54,5 de muertes al año y el número de heridos es de entre 2.585 y 5.282.

¿Qué rigor tiene una primera cifra que alude a «cerca de»? Por otra parte, si en una década han fallecido cerca de 300 cazadores, esa media de «entre 44 y 54,5» no cuadra al multiplicarlo por diez. Resulta tan disparatado como los números de heridos, con una horquilla que dobla su cantidad. ¿Estos son los datos en los que fundamentan su estudio?

Pero lo peor viene ahora. Esas fantasiosas cifras de muertos y heridos son atribuibles, tanto a «los propios cazadores como a otros usuarios de los montes por los cepos y trampas derivados de los primeros y la atención psicológica necesaria de por vida de los acompañantes que producen el tiro no certero ocasionando esas bajas».

Alguien debería haberle dicho al Círculo de Animalistas de Podemos que los cepos y tramas son métodos ilegales que no son utilizados por los cazadores.

Mentiras

A continuación, seleccionamos algunas de las más flagrantes mentiras y manipulaciones incluidas en el polémico texto, con una breve explicación de la realidad de las mismas.

-«La responsabilidad en accidentes de tráfico ocasionados por especies cinegéticas recae sobre los conductores, sobre los propios afectados».

FALSO: el régimen de responsabilidad en el caso de atropellos provocados por especies cinegéticas considera diferentes supuestos de responsabilidad.

-«En el entorno rural, a menudo los agricultores y ganaderos se ven acosados por la versión cinegética del acoso inmobiliario, que se ve reflejado en las actuaciones de grandes cotos de caza que asfixian pequeños pueblos y caseríos. Dos ejemplos son el caserío de la Venta de la Inés en Ciudad Real y el pueblo de Villaescusa de Palositos en Guadalajara».

La realidad es diametralmente opuesta. Los cotos de caza benefician la economía de los pueblos de su entorno.

- «Dos agentes forestales murieron en Lleida por los disparos de un cazador al que le requirieron la documentación en enero de 2017».

MENTIRA. Se demostró que el declarado culpable de asesinato no era cazador.

-«El uso de escopetas de perdigones para agresiones en cascos urbanos». ¿Qué tiene esto que ver con la caza?

-«Se calcula que en España se extravían o sustraen una media de 1.200 armas al año y recuperándose solo 380 según datos del ICAE tal y como recoge la Secretaria de Comercio, ascendiendo la suma desde el 2014 a 50.506 armas». Sin entrar a debatir en la veracidad de la cifra y sin ánimo de ser repetitivos, ¿qué tiene que ver esto con la caza?

Cazadores «de arriba» y cazadores «de abajo»

El documento que analizamos se convierte en un manifiesto por la lucha de clases. Pretende transmitir que la caza está dividida y tiranizada por «aristócratas, jeques árabes especuladores, grandes empresarios y extranjeros»:

-«Mientras las grandes piezas y trofeos se las llevan los de «arriba», aquellos con un poder adquisitivo superior que no tienen su vivienda habitual en el medio rural, si grandes fincas desde las que gestionan toda la actividad. El perfil de este tipo de cazador suele ser de aristócratas, banqueros, grandes empresarios y extranjeros principalmente, muchos de ellos venidos de Francia, Inglaterra, Alemania y América».

FALSO. Baste decir que cada año se abaten los trofeos que entran a formar parte de los de mayor puntuación del año de especies como el corzo o el jabalí y que son cazados en cotos sociales, en batidas de asociaciones de cazadores municipales…

-«Escopetas de caza para los de abajo y rifles semiautomáticos para los de arriba, el tipo de armamento es un indicador de la clase social del cazador».

Esta sentencia se contesta sola por lo ridícula que resulta. Miles de cazadores que guardan en sus armeros rifles semiautomáticos no podrán aguantar la risa al leer esto.

Para referirse a la caza, utilizan palabras como «masacrar», «acosar»

En cuanto al examen del cazador, realizan un repaso irreal de lo que es esta prueba de aptitud para los nuevos cazadores. Por ejemplo, se quejan de que «No requiere una revisión periódica», o mienten al describir su contenido como «información bastante simple que en nada atañe al uso responsable de las armas o la capacitación psicológica del solicitante para tener armas de fuego en su poder». Desconocen el reconocimiento médico y psicotécnico exigido para la tramitación del permiso de armas.

También el documento señala que «una simple búsqueda en internet facilita la alternativa de la obtención de la licencia sin este tipo de prueba siempre y cuando se pague la tasa correspondiente». Algo totalmente falso, pero algo muy grave es la acusación referida a que «Es además digno de mención que no se requiere ningún conocimiento sobre fauna para obtener una licencia de caza, por lo que entorpece la tarea de poder ayudar al entorno ambiental con esta práctica». Baste poner el ejemplo de la Comunidad Autónoma de Andalucía, cuyo extenso Programa de materias del examen y del curso de aptitud y conocimiento para el ejercicio de la caza incluye 12 temas, entre los que encontramos «Las especies cazables», «Las especies protegidas», «La regulación legal de la caza», «Las armas de caza», «Los animales auxiliares para la caza» o «El comportamiento y la ética del cazador».

Datos económicos asociados a la caza

Como adelanta quien haya redactado este informe, no se ofrecen cifras claras. Pero critica que los gobiernos autonómicos destinen presupuesto a la caza. Pero intentan rebatir, de manera ridícula y fallando en casi todas las cifras económicas que intentan detallar, para intentar ofrecer las cifras que, desde su total desconocimiento, quieren crear de la nada.

Baste este ejemplo, que hará reír a cualquiera que sepa o haya investigado algo acerca de la actividad cinegética.

-«Los costes por un equipo completo que englobe los elementos citados, puede alcanzar fácilmente los 200€ aproximadamente, llegando a alcanzar los 300€ o 500€ si se adquieren además cámaras de vigilancia con camuflaje y prismáticos de altas prestaciones». Cualquiera que conozca un mínimo de equipamiento para la caza, encontrará un sinsentido tras otro en este párrafo, así como en el siguiente:

-«En cuando a los costes en armería, pueden rondar entre los 400€ por un rifle, hasta unos 6.000€ por una escopeta de alta gama, los cartuchos de balas y perdigones entre 12€ y 20€, también pudiendo adquirirse a través de páginas web y sin restricciones en la compra.

Entre los rifles más económicos que podemos encontrar en el mercado nacional, tenemos el Remington 783, que ronda los 700 €, o el Mauser M18, sobre los 799 €. Estos datos objetivos destruyen cualquier hipótesis que se construya a partir de lo que incluye este informe. Y sin entrar en la desfachatez de las «escopetas de alta gama de hasta 6.000 €».

Alternativas que proponen a la caza

Por supuesto, todo esto tiene un objetivo. Sustituir la caza por actividades que los grupos ecologistas y animalistas puedan controlar, económicamente, se entiende. Y ya tiene nombre: «Plan sectorial de turismo de naturaleza y biodiversidad».

Básicamente, quieren acabar con la actividad cinegética para convertir los espacios donde se caza en lugares de «turismo de naturaleza». Se citan «actividades recreativas, de esparcimiento, interpretación, conocimiento o deportivas en el medio natural».

Y para ello se acude a datos de 2006 para citar «cantidades estimadas», para elucubrar con ellas afirmando que el turismo de naturaleza es el futuro del campo español. Eso sí, sin aportar datos, porque no disponen de ellos. De ahí que tengan que remitirse a un único estudio realizado en 2006 para fundamentar todas sus peticiones.

También hablan del dinero que deja en las arcas de empresas de observación de lobos, sin incluir en la ecuación lo que le cuesta a las administraciones los daños a la agricultura y a la ganadería que ocasiona esta especie.

Proponen convertir los cotos de caza en zonas de recursos energéticos renovables. Es decir, instalaciones de sistemas fotovoltaicos, o que los guardas rurales se destinen al mantenimiento y control de la fauna. Algo que ya recae entre sus responsabilidades.

Perros de caza: donde más mentiras vierten

«España es el único país donde la caza con perro aún es legal en toda la unión europea». De esta manera comienza el alegato en contra del uso de los perros para la caza, con una gran mentira.

Pero no acaba aquí. La manipulación de datos, las infamias y mentiras involucran incluso a la Guardia Civil. Podemos leer lo siguiente: «Como se citó anteriormente en este documento, se estima que de media un cazador va acompañado de 4 o 5 perros, teniendo cada uno una vida útil de 5 años como máximo, aunque lo habitual es que sea en solo los 3 primeros años de los 14 que puede vivir el animal, por lo que el resultado del desecho del animal y sustitución, supone según datos registrados de la Guardia Civil de los últimos 5 años, que el 40% de los perros que sufren maltrato, abandono o robo son de caza».

Nada se salva de la mentira en este párrafo. Mienten al sostener que cada cazador va acompañado de 4 o 5 perros. Mienten al decir que la vida útil del perro de caza es de 5 años «como máximo», apuntillando que en solo los 3 primeros, el cazador se deshace de él. Y mienten cuando aluden a cifras falsas que jamás han sido registradas por la Guardia Civil.

Incluso siguen mintiendo con cifras en las que hablan del robo de perros de caza. ¿Los cazadores también son culpables de los perros que les roban?

Y, cómo no, la cifra de moda al mentir sobre el abandono de galgos. «Las asociaciones protectoras calculan que se abandonan unos 50.000 galgos cada año en nuestro país». ¿Calculan? ¿Cómo? La única cifra oficial y objetiva que existe en cuanto al abandono de galgos en nuestro país es la ofrecida por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, que ha ratificado que en 2017 el número de abandonos fueron sesenta y uno, una cifra muy lejana a los datos que las protectoras utilizan, sin contrastar la realidad.

Es más, la propia Guardia Civil realizaba una publicación a finales de febrero que dejaba muy claro este tema:

«Más del 50% de los perros robados en España son galgos, lo hacen mafias especializadas que los venden a otras personas sin escrúpulos. Los que no son comprados los matan. Si conoces algún caso, no lo dudes: 062. #Seprona».

Todo lo que no sean estas cifras, es mentir

Pero si continuamos leyendo el documento de la rama animalista de Podemos, llegamos a descubrir la única razón de ofrecer estas desorbitadas cifras, resultantes de cálculos manipulados. «La cifra de gastos derivados del abandono de galgos en las asociaciones protectoras de estos canes ascienden a 40.000.000 € al año. Nada menos que 40 millones.

Lo podemos traducir a lo siguiente: invento un número fantasioso de galgos abandonados en base a datos «estimados» por protectoras. A continuación, multiplicamos por lo que haga falta para decir que se necesitan 40 millones de euros al año. De paso, Intentan cumplir la obsesión de prohibir la caza con perro.

Pero hay otros aspectos de la caza que han incluido en la lista de prohibiciones, como la licencia de caza a menores de edad, culpar a los cazadores de la muerte de especies en peligro y protegidas, como el lince ibérico o milanos reales.

¿Cuál es el objetivo de este informe?

Los cálculos a partir de cifras inventadas según conveniencia dejan este informe en un mero apunte radical, sin fundamento y demasiado politizado, con el único fin de prohibir la caza y sustituirla por actividades que estos grupos políticos y las entidades afines controlan.

Lee el informe completo en este enlace.

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