Alicante

Una cazadora abate dos impresionantes jabalíes medallables en menos de una hora en una espera

Lo primero a destacar es que se trataba de una finca abierta. Los dos espectaculares cochinos fueron capturados en una jornada de caza celebrada por control de daños a la agricultura, dadas las cuantiosas pérdidas en los cultivos ocasionadas por los jabalíes en la zona.


 cazadora abate dos jabalíes medalla oro misma noche espera
cazadora abate dos jabalíes medalla oro misma noche espera

La afortunada cazadora que logró esta hazaña fue la alicantina del municipio de Cocentaina, situado al norte de la provincia, Dori Guillén Pastor ,acompañada por su pareja, Israel Jiménez. Ambos llevan juntos más de dos décadas. Los primeros años de relación no fueron fáciles debido al tiempo que Israel dedicaba a la caza. Dori no era cazadora y no entendía su pasión por esta actividad.

Su pasión por la caza le llegó hace diez años

Todo cambió hace diez años, cuando acompañó a su pareja por primera vez a cazar. A ella le encantó lo vivido y comprendió el porqué de esa fiebre por la caza. Desde ese día son inseparables compañeros de campo. Practican las modalidades de la caza de jabalíes en batida y espera. Aunque a Dori lo que especialmente le apasiona es la emoción de la caza en espera.


Medalla de oro merecida la del trofeo del primer jabalí abatido en la espectacular noche de aguardo.

Una noche inolvidable noche de espera

El sábado 7 de mayo pudo cumplir su sueño por partida doble, abatir un gran jabalí. Esa noche pudo capturar dos grandes cochinos, de los que sabía de su existencia por sus huellas. Estaban ocasionando graves daños a los olivos, almendros, frutales y siembras de los terrenos del acotado. En varias ocasiones habían detectado su presencia en el cebadero. La última vez, el pasado viernes 6 de mayo, día en el que los astutos cochinos no hicieron acto de presencia en el comedero pese a que estuvo apostada 10 horas.

Pero el sábado cambió su suerte cuando, después de varias horas de espera, a las 00:50 apareció en el claro uno de los dos grandes cochinos. Se dio cuenta de su presencia porque dos bermejos que estaban comiendo almendras habían unido al oír al macareno acercase.


Este es el segundo jabalí abatido en esta noche de espera.

Un jabalí de formidables colmillos

Dori e Israel, que estaban situados en un bancal desde el que podían observar gran parte del campo de almendros, encendieron su linterna de la marca Olight. El gran cochino, al ser iluminado, levantó la cabeza para dirigirla hacia ellos, momento que aprovechó Dori para efectuar un certero disparo con su rifle de la marca Tikka T3 del calibre 7 mm. La bala impactó en la zona pulmonar del animal, provocando su derrumbe nada más sentir el golpe. A 80 metros quedó el cuerpo inerte del cochino.


La cazadora posa junto a su pareja y los dos jabalíes abatidos en la noche de espera del pasado sábado.

Un impresionante jabalí de tres patas

Como aún era temprano, decidieron probar suerte y esperar una hora más por si se decidía a aparecer el otro gran jabalí. Media hora más tarde pudieron oír como otro cochino se acercaba al lugar donde permanecían apostados. Pasados unos minutos, al ver que no entraba al cebadero, probablemente desconfiando de las emanaciones que desprendía su congénere, que yacía muerto, alumbraron la zona donde lo habían oído por última vez.

Pero en esta ocasión Dori se precipitó y erró el primer disparo, a 60 metros de distancia. Rápidamente y a la carrera, efectuó una segunda detonación que sí logró herir al cochino. Esperaron unos minutos para comprobar si había dejado rastro de sangre. A 50 metros, en una pista de la finca, pudieron ver una abundante muestra de ello. Con gran cautela, por la peligrosidad que conlleva la persecución de un jabalí herido de noche, siguieron la pista. Unos metros más adelante pudieron ver cómo se había tumbado en la hierba.

El macareno, al detectar la presencia de los cazadores se refugió en una zona de maleza. Dori e Israel pensaron en abandonar la búsqueda y regresar la mañana siguiente con perros para recuperar el jabalí, pero la perseverancia de Israel le llevó a detectarlo con la luz de la linterna. Estaba en el interior de la espesura, ya muerto.


Espectacular trofeo medalla de oro del primer jabalí abatido por esta cazadora.

Los cazadores no eran conscientes del tamaño del trofeo del primer jabalí

Comprobaron el tamaño del cochino, que pesó unos 80 kilos. Portaba en su boca unas espectaculares navajas y presentaba la peculiaridad de tener tan sólo tres patas. Una de sus extremidades delanteras había sido cercenada ya hace tiempo por un disparo o por un cepo de algún furtivo. Cumplido un sueño, regresaron al lugar donde se encontraba el primer ejemplar.

Al llegar allí pudieron ver que se trataba de un impresionante jabalí de 24 centímetros de navajas, y esto pese al desgaste que habían sufrido estas dada su avanzada edad. Los dos se fundieron emocionados en un abrazo mientras las lágrimas brotaban de sus ojos, conscientes de lo extraordinario del trofeo abatido. Unas navajas merecedoras de una puntuación que les otorgaría una medalla de oro, pese a los escasos 70 kilos que pesaba del macareno.

Una noche que ambos difícilmente podrán olvidar dado lo extraordinario de las bocas de los dos jabalíes.

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