Caza un jabalí de 120 kilos con unas navajas y unas amoladeras descomunales
Crónicas de caza

Caza un jabalí de 120 kilos con unas navajas y unas amoladeras descomunales

Un cazador veterano logra hacerse con un enorme jabalí dotado de unos descomunales colmillos, durante una batida en un municipio castellanoleonés.


El pasado miércoles 15 de noviembre, una cuadrilla proveniente del concejo asturiano de Llanes se encontraba cazando los montes de Boca de Huérgano, en Castilla y León.

La jornada empezó bien y terminó mejor: cuatro jabalíes abatidos y uno de ellos, sencillamente, impresionante.

No image

 

El afortunado

Domingo Luis Cué Guerrero, Mani para los amigos, es el cazador que a sus 76 años y de un solo tiro derribó el voluminoso jabalí en carrera a una distancia de 150 metros.

Es evidente que vista a nuestro protagonista no le falta. Temple y puntería tampoco, y ya sabemos que la experiencia es un grado. Mani lleva toda la vida en el mundo de la cinegética y con el transcurso de los años ha adquirido unos conocimientos que, junto a sus valores, lo han convertido en un gran cazador.

No image

Recorrido del lance. En el centro, Mani, feliz junto al jabalí. A la derecha, pesando el jabalí.

Cómo abatió el jabalí

Desde bien temprano, se comenzaron a suceder levantes y detonaciones. Tres hembras de gran tamaño fueron abatidas, pero el broche de oro a la jornada aún estaba por llegar.

Los perros levantaron un jabalí enorme, de esos que cualquier aficionado a la batida desearía ver llegar al puesto. Esa suerte la tuvo Mani.

Se encontraba en una postura abierta con vistas a un gran prado, pero el animal, como cabía esperar, no salió por allí, prefirió ir zorreado y tratar de escapar camuflado por los matorrales. Por suerte el cazador lo divisó a más de 200m y, con mucha serenidad, lo dejó acercarse antes de hacer sonar su Santa Bárbara calibre 300. Llevaba varios metros con el voluminoso suido metido en su visor Zeiss, cuando, de repente, este salió a un pequeño claro dándole unas décimas de segundo para efectuar un sólo disparo.

 

Puntería impecable

Cué aprovechó increíblemente la oportunidad: un tiro entre la oreja y el ojo y… a rodar. A pesar de su gran tamaño, la impecable puntería hizo que el jabalí cayera fulminado, sin sentir tan siquiera la bala.

El veterano protagonizó un lance de infarto, de esos que todos desearíamos disfrutar, en el que el animal no sufre y la adrenalina se convierte en éxtasis, en una inmensa felicidad.

A la muerte llegaron tres perros, los otros protagonistas de esta historia que el cazador muy seguramente nunca olvidará.

Comparte este artículo

Publicidad