Encuentran un jabalí agonizando con síntomas evidentes de tuberculosis generalizada
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Encuentran un jabalí agonizando con síntomas evidentes de tuberculosis generalizada

En el mundo ganadero y cinegético es conocido desde hace algunos años que el jabalí puede actuar como reservorio de la tuberculosis, interfiriendo en el Programa Nacional de Erradicación de Tuberculosis Bovina (PNETB).


Hace unos días encontraron un jabalí moribundo y en estado de desnutrición extrema que presentaba lesiones que en principio parecían compatibles con la tuberculosis. Las fotos que os mostramos proceden de la cuenta de Instagram @gestioncinegeticaintegral, del Doctor en veterinaria Manuel Reglero Álvarez quien además de Profesor Máster en Gestión Cinegética, dirige el Grupo Lagunes. Al habla con él, nos comenta que, tras efectuar la necropsia, se confirman multitud de lesiones caseosas compatible con la tuberculosis. En su opinión, aunque esta enfermedad es bastante frecuente en los jabalíes, no es muy habitual ver lesiones tan extendidas. Tras el análisis pormenorizado, se instauran medidas preventivas y se elimina el cadáver conforme a la normativa vigente.

Conocemos un poco la tuberculosis bovina

La tuberculosis bovina (TB) es una enfermedad bacteriana crónica de los animales causada por el complejo de Mycobacterium tuberculosis, principalmente por M. bovis. Es una importante enfermedad infecciosa del ganado bovino que también afecta a otros animales domesticados y a ciertas poblaciones de animales silvestres y que produce un estado general de enfermedad, neumonía, pérdida de peso y, a la larga, la muerte.

El nombre de ‘tuberculosis’ proviene de los nódulos, llamados “tubérculos”, que se forman en los ganglios linfáticos y en los otros tejidos de los animales afectados, como se puede apreciar en la foto.

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Evidencias de que el jabalí padecía tuberculosis.

La tuberculosis bovina puede ser subaguda o crónica, con una tasa de progresión variable. Un solo animal infectado puede diseminar la bacteria dentro del rebaño antes de manifestar signos clínicos. Además, una pequeña cantidad de animales puede verse gravemente afectada en pocos meses de infección, mientras que otros animales tardan varios años en desarrollar signos clínicos. La bacteria también puede permanecer latente en el huésped sin causar enfermedad durante largos periodos.

Hay que diferenciar la tuberculosis bovina de la humana ya que en este último caso está producida por la bacteria Mycobacterium tuberculosis. En el caso de humanos, se usan antibióticos que no sean pirazinamida. En animales domésticos no se trata la enfermedad.

El jabalí como transmisor de la tuberculosis

Son numerosos los estudios que ya han demostrado las altas prevalencias de tuberculosis en jabalí en la península ibérica y otros países. En España, y en concreto en el suroeste peninsular. Este hecho cobra mayor importancia, ya que es frecuente que en estas áreas el ganado bovino comparta espacio y pueda interactuar con el jabalí. Aunque pueda ser escaso el contacto directo entre jabalí y bovino, la propagación de la enfermedad puede venir del uso de los mismos puntos de agua y alimentación.

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El jabalí siendo analizado por el veterinario.

¿Hay peligro para los seres humanos?

La tuberculosis animal puede transmitirse de los animales al ser humano, pudiendo causar infecciones y enfermedades en determinadas circunstancias. No obstante, en países desarrollados como España los casos anuales de tuberculosis zoonósica son extremadamente raros, por lo que no es un motivo de alarma.

Los humanos pueden infectarse el ingerir lecha cruda, sin pasteurizar o uperizar, procedente de vacas con tuberculosis o a través del contacto con tejidos infectados en mataderos o carnicerías.

En las personas, los síntomas de la enfermedad de tuberculosis por M. bovis pueden ser muy similares a los de la tuberculosis propiamente humana. Y son bastante inespecíficos: fiebre, sudores nocturnos, problemas gastrointestinales y pérdida de peso aunque lo asociamos tradicionalmente a la tos.

En las regiones donde la higiene alimentaria se aplica con coherencia, el riesgo para el público en general se ha reducido, sin embargo, la infección por la tuberculosis zoonótica sigue siendo un riesgo profesional para ganaderos, trabajadores en los mataderos y carniceros.

Prevención y control

Numerosos programas de erradicación de la enfermedad han sido exitosos a la hora de reducir o eliminar la enfermedad en el ganado. De forma muy general y entre otras medidas eficaces para el control estarían la inspección post mortem de la carne (búsqueda de tubérculos en los pulmones, nódulos linfáticos, intestinos, hígado, bazo, pleura y peritoneo) para la detección de animales y rebaños infectados; la vigilancia intensiva incluyendo visitas a las explotaciones y la eliminación de animales infectados y en contacto con ellos.

¿Y la vacunación?

La vacunación se practica en la medicina humana, pero hasta ahora no se utiliza como una medida preventiva en los animales, debido a la falta de disponibilidad de vacunas seguras y eficaces y a la interferencia posible con las pruebas de diagnóstico y vigilancia de la tuberculosis bovina, al igual que a las reacciones de falso-positivo en los animales vacunados. Los investigadores trabajan activamente para encontrar potenciales vacunas nuevas o mejorarlas contra la tuberculosis bovina y en las vías alternativas de vacunación para el uso en los animales domésticos y los reservorios de animales silvestres, así como en nuevas pruebas de diagnóstico para diferenciar realmente a los animales vacunados de los infectados.

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