Ejemplo de superación: tras un fatal accidente, la caza le devolvió las ganas de vivir

Ejemplo de superación: tras un fatal accidente, la caza le devolvió las ganas de vivir

Para muchos cazadores la cinegética más que una afición, es un estilo de vida. Esta frase nunca ha tenido tanto sentido como en el caso que os contamos a continuación. No te lo pierdas.


Jesús Peñalver Sánchez actualmente vive en Barakaldo, pero tiene raíces manchegas pues su familia es natural de Valdepeñas (Ciudad Real).

Cuando tenía 11 años su padre se jubiló y quiso volver a su tierra. Allí, en Valdepeñas fue donde comenzó a cazar. Recuerda que cuando cumplió la mayoría de edad compró su primera escopeta, una Benelli SL-121 y no había nada que le hiciera más feliz que salir a cazar al salto con ella al hombro. El número de piezas era lo de menos y es que el mero hecho de estar en el campo ya llenaba su alma de cazador.

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Con amigos y compañeros d ecaza en la gran manifestación del 20M.

Un accidente laboral

“A los 23 años sufrí un accidente laboral que me cambió la vida”-cuenta Peñalver.

Una plegadora de metal de cinco toneladas le cayó encima destrozándole una rodilla, la cadera y la pelvis. Pasó un mes entero en la UCI y tras varias intervenciones no pudieron hacer nada por salvar su pierna derecha. El mundo parecía desmoronarse, pero Jesús hizo de la desgracia su fuerza motora y no dejó que el trágico suceso condicionase su vida. Él tenía clara una cosa: volvería a cazar.

La caza le ayudó a seguir adelante

Cuando en la UCI bajaban los sedantes e iban familia y amigos a visitarlo, siempre le decían cosas relacionadas con la caza porque sabían que era lo que más fuerza le daba. No perdía la esperanza de volver al monte.

“Ha venido fulano para ir a una montería, ha preguntado fulanito para ir a las palomas o al zorzal… Durante todo el tiempo de mi estancia en el hospital mi habitación estuvo llena de revistas y DVD’s de caza. Decir que la caza me ayudó a seguir adelante es poco.”-cuenta Jesús

Cuando salió del hospital, no le quedó otra opción que aprender a disparar sentado, algo complejo, pero no imposible. Actualmente ha vuelto a las esperas, a las monterías y a cazar la paloma y el zorzal al paso.

Equipo paralímpico de tiro con arco

Su naturaleza curiosa le llevó a informarse sobre el tiro con arco. Realizó cursos, formaciones, y pronto se aficionó a tirar con él. Sabía de materiales, puntas, plumas, tubos… tenía todos los conocimientos teóricos y quería llevarlos a la práctica en sus jornadas de caza.

La habilidad y puntería de Peñalver le llevaron a formar parte del Equipo Paralímpico de Tiro con Arco. Fue un buen fichaje: en el Campeonato de Europa quedó en el puesto 33 y en el 53 en el Campeonato del Mundo. ¡Casi nada!

Cazar con arco es de las mejores experiencias que he podido vivir.

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Con la cierva que cazó con su arco.

A la diana, y a los conejos

Desde que comenzó a tirar con arco, pocas cosas hacían disfrutar tanto a Jesús como la caza de los conejos. La dificultad es evidente, pero la práctica y la destreza del cazador le permitió hacerse con numerosos ejemplares.

Una simple espera a los conejos, para muchos será una tontería, pero a mí me acelera el corazón y disfruto, aunque haya días que no gaste ni una flecha

¿Qué hay suerte y puedes tirar? Ver ese corto vuelo, cómo impacta; ver que el tiro ha sido efectivo, rápido y que el animal ni se ha enterado. Eso es todo un logro.

Además de los lagomorfos, también ha disfrutado de algunas esperas al jabalí y a las ciervas. Aunque con los suidos aún no ha tenido suerte, sí ha podido abatir una cierva realizando gestión. “Todo lo que abato, se come en casa. Una pieza nunca queda en el monte, para eso no le tiro.”-explica Jesús.

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Aprovechando la carne.

Aficionado a los perros de rastro

Desde que comenzó a cazar con arco, le empezó a llamar cada vez más la atención los perros de rastro de sangre y el trabajo que estos desempeñan. Aunque seguir a los perros con muletas es trabajo arduo y sacrificado, en su tiempo libre traza rastros artificiales a sus perros, tratando de poner en práctica y enseñarles lo que él a su vez va aprendiendo de gente experimentada.

Quiere apuntarse a la Asociación Española de Perros de Rastro de Sangre (AEPES) para, en algún momento, poder ayudar a otros cazadores a encontrar sus piezas.

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Conejo abatido con arco. A la derecha, su foto de boda, con el rifle.

Sus cuentas pendientes

Hay dos modalidades de caza que no he podido hacer y que me quedará siempre la espina clavada

La primera, es montear con la rehala de uno de sus grandes amigos y la segunda, hacer un rececho de montaña. Por desgracia, su situación física y económica no se lo ha permitido hasta el momento, pero si algo ha demostrado Jesús, es que puede con todo. No nos cabe la menor duda, que logrará hacer su ansiado rececho y nosotros estaremos aquí para contarlo.

La importancia de la amistad

Gracias a la cinegética, Jesús ha conocido a personas que se han vuelto verdaderos amigos. A todos ellos les agradece su ayuda y apoyo incondicional, que asegura, han sido claves en su recuperación.

Uno siempre dispuesto a llevarme con su coche; otro siempre me invita a una montería que organiza y en la que tanto él como el resto de su cuadrilla se vuelcan en facilitarme todo; otro es un manitas con las armas y me hace unos arreglos espectaculares; otro siempre que se va de espera o montería me hace una videollamada para que viva con él ese momento…

Puedo decir que soy rico en amigos.

“Puedo ser la persona que menos días salga al campo a cazar. Con un par de días me vale para ser feliz, abata algo o no” —termina Peñalver.

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