Medalla de plata: un escritor cinegético abate un jabalí de tres patas con unos colmillos de 19 centímetros
Crónicas de caza

Medalla de plata: un escritor cinegético abate un jabalí de tres patas con unos colmillos de 19 centímetros

Un reconocido autor de libros de caza ha logrado hacerse con un astuto jabalí armado con unas defensas que han alcanzado una puntuación de 106,80 puntos. Lo consiguió el domingo de Resurrección.


Francisco Fernández es un experimentado cazador con más de 40 años en la caza de cochinos a la espera. En su haber cuenta con más de 180 machos con boca, una treintena de ellos medallables. Ha escrito dos libros que hablan de sus experiencias en la caza. Las publicaciones tituladas El Olor de Sierra Morena y La Soledad del Monte han sido publicados por la editorial canchales.es.

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Con solo 55 kilos de peso, el jabalí portaba un trofeo medalla de plata.

Medio siglo cazando jabalíes a la espera en Sierra Morena

Paco, como le gusta que le llamen sus amigos, lleva cazando cochinos a la espera desde que tiene uso de razón. Comenzó acompañando a su padre hace más de cuatro décadas. El cazador no se considera una persona que anteponga el tamaño del trofeo a la dificultad del lance, a pesar de haber abatido a lo largo de su trayectoria cinegética más de 150 animales con notables defensas.

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El disparo del cazador impactó en la cabeza del jabalí.

Un astuto jabalí con unos colmillos de 19 centímetros de longitud y 2,3 de grosor

El cazador supo de la existencia del macho hace quince días cuándo vio las marcas que dejaban sus colmillos en los chaparros de una finca de Ciudad Real. El Jueves Santo trató por primera vez de abatirlo. Pese a haberlo oído en varias ocasiones en las cercanías del puesto el cochino no se decidió a abandonar la protección del monte. El macho estuvo tres horas rondando el árbol en el que estaba subido Paco antes de desaparecer en la espesura.

El sábado volvió a intentar su abate, pero tampoco quiso irrumpir en el claro en el que el cazador lo esperaba pese a que lo oyó en varias ocasiones.

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El jabalí se movía con dificultad al tener una pata inservible.

El abate del jabalí se convirtió en un desafío para el cazador 

El domingo, última fecha del período vacacional de Paco, fue el día en el que por fin pudo vencer la partida al cochino. Por tercera ocasión volvió a aparecer a las 21 horas, esta vez acompañado de cuatro hembras. Estas abandonaron la vegetación mientras que el macho se resistía a hacerlo.

El esperista tuvo que hacer gala de su experiencia en la caza de cochinos para lograr abatirlo. Lo derribó de un disparo a bocajarro cuando lo vio bajo el árbol en el que estaba apostado. La bala que salió del cañón del rifle Mauser M98 del calibre 6,5x57 impactó en la cabeza del macho.

El jabalí presentaba una merma en su extremidad trasera derecha. Dado su tamaño y su peso, de tan solo 55 kilos, al parecer no le permitía alimentarse con normalidad.

 


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