Tres lobos ibéricos atacan a un perro de rastro durante una jornada de entrenamiento
Cantabria

Tres lobos ibéricos atacan a un perro de rastro durante una jornada de entrenamiento

La intervención del propietario del perro evitó la muerte del can cuando los tres depredadores lo tenían acorralado contra un árbol. La hembra, de nombre Selma, presenta varias mordeduras en las extremidades posteriores. Hablamos con el cazador que este domingo ha vivido uno de los mayores sustos de su vida al tener que enfrentarse con los lobos para impedir que mataran a su perra.


Ganaderos y cazadores de la zona aseguran que se trata de los mismos tres depredadores que acabaron con la vida de un mastín en el interior del pueblo de Valderredible, situado en la comarca de Campoo-Los Valles, hace una semana, y con los dos mastines de la familia de ganaderos Hermanos Macho Balbás y un perro de caza mientras seguía el rastro de un zorro en Celada Marlantes, localidad cántabra del municipio de Campoo de Enmedio, a mediados de febrero. Los lobos también han matado varios potros en la zona en el último mes.

El collar de localización que portaba la perra le salvó la vida

Mario, un cazador de Retortillo, localidad que pertenece al municipio cántabro de Campoo de Enmedio, decidió dedicar la mañana del domingo a campear a tres de sus perros de rastro en un acotado que tiene en Valderredible. Tras detectar los canes el rastro de un jabalí, el traillero decidió soltarlos de sus ataduras. Dos de ellos se dirigieron a una mancha de monte que estaba a su izquierda, mientras que Selma, una hembra de 6 años, ladraba con insistencia entre unos espinos a 600 metros del lugar en el que se encontraba Mario.

El dispositivo de localización determinaba que la perra estaba inmóvil entre la vegetación. En un primer momento pensó que los ladridos delataban la presencia de un cochino. Al llegar al sitio el traillero halló al can rodeado por tres lobos. Los depredadores estaban a menos de 10 metros de distancia del lugar en el que se encontraba el cazador.

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Perra atacada por los lobos junto a un jabalí.

Los lobos intentaron en dos ocasiones acabar con la vida de la perra

Su reacción fue correr hacia Selma para protegerla de la amenaza. Los gritos del cazador alejaron en un primer momento a los lobos de la perra. Nada más alejarse unos metros los cánidos salvajes de la hembra, el cazador la ató y llamó a su padre para contarle lo sucedido y pedirle que viniera a recogerlo con el coche.

Mientras hablaba con él por el móvil oyó un alarido del can. Al girarse para ver qué ocurría pudo ver cómo los lobos seguían sus pasos para volver a atacar a la perra. En ese momento, según Mario, le invadió el miedo al pensar que tanto él como Selma iban a ser víctimas del ataque de los tres depredadores. La valentía del cazador al enfrentarse con los lobos impidió la muerte de la hembra.

 


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