Consejos para entrar al remate de un jabalí herido
Enfrentarse a un jabalí herido es algo tan peligroso como delicado. Resulta imprescindible saber cómo hacerlo, y un prestigioso cazador nos lo cuenta.
El experimentado cazador de jabalíes al salto Gianis Abatzidis, criador de perros de la raza sabueso de Transilvania y colaborador de una prestigiosa revista cinegética griega y de Club de Caza, aconseja en este artículo la manera de proceder a la hora de rematar un jabalí.
El momento más peligroso de la caza del jabalí
"Este es el momento más peligroso en la caza del jabalí, es el momento en el que la muerte se cierne sobre los perros, pero también es igualmente peligroso para el cazador que debe de intervenir. Es el instante en el que el jabalí plantea una lucha feroz y el perro tiene que enfrentarse a él. En juego está la vida o la muerte", así define el periodista cinegético heleno la acción de entrar al remate de un cochino.
El remate del jabalí es el momento más peligroso de su caza.
La caza del siempre peligroso jabalí
"El jabalí es un animal dotado por la naturaleza de gran inteligencia, una fuerza extraordinaria, una fuerte capacidad de lucha y de unos sentidos desarrollados para su supervivencia en el campo, cualidades que lo sitúan entre las
piezas más difíciles y más peligrosas de cazar dentro la fauna mediterránea. Este hecho debe ser respetado por todos los cazadores. Todo aquel que participa en su caza debe saber a qué animal se enfrenta y los peligros que conlleva hacerlo en su medio. A pesar de la tecnología que tenemos a nuestro servicio en estos tiempos, siempre será el cochino quien se encuentre en una posición ventajosa, por desmesurado que nos parezca. La mayoría de los accidentes al entrar al remate ocurren porque infravaloramos al animal.
En ningún caso debemos de aproximarnos al jabalí con miedo. La prudencia siempre debe de acompañar a los cazadores en este tipo de situaciones. El jabalinero debe asumir este difícil papel y observar primero al animal en la distancia antes de acercarse a él. Los accidentes causados por los cochinos en estas circunstancias aumentan notablemente año tras año, en ocasiones por la inexperiencia o el exceso de confianza de la persona que entra al remate".
Gianis Abatzidis, criador de perros de la raza sabueso de Transilvania y experto cazador de jabalíes. A la derecha, un gran macho con grandes colmillos se convierte en un animal muy peligroso cuando se le hiere.
Comportamiento de los jabalíes: nunca fiarse
"El jabalí, por naturaleza, no es un animal agresivo con los humanos, todo lo contrario, cuando percibe la presencia del hombre huye en la mayoría de las ocasiones. Por tanto, los peligros que plantea un cochino en su búsqueda son incidentes aislados. El peligro se genera en el encuentro con un suido en el instante en que el ejemplar pasa de ser "presa" a "cazador".
El jabalí muestra su agresividad hacia el ser humano sólo cuando sufre un traumatismo o cuando las hembras están en periodo de lactancia. Sobre todo, cuando sus crías están todavía en el nido y alguien se encuentra en las proximidades. En el caso de producirse el encontronazo con la hembra parida, y no con un macho armado con colmillos, el peligro disminuye para las personas, ya que las hembras no son capaces de infligir heridas tan graves como los machos, no obstante, incluso en estos casos debemos ser precavidos evitando las cercanías de una hembra con rayones".
Los perros resultan imprescindibles para culminar la caza de un jabalí herido.
El remate de un jabalí herido
"En el caso de enfrentarnos con un cochino herido se produce una situación de extrema peligrosidad. La acción se vuelve a veces muy compleja para el cazador que acomete el remate. Este tipo de contingencias deben de ser afrontadas si es posible por los cazadores más experimentados de la cuadrilla. Normalmente, por personas que conocen los hábitos, comportamientos de los jabalíes heridos y las particularidades del lugar donde cazan.
En resumen, los elegidos deben ser jabalineros que se han enfrentado a acciones similares y están en condiciones de prestar la debida atención al peligro que les acecha. Esto, por supuesto, no significa que se eliminen las posibilidades de convertirse en una víctima, pero es algo que ciertamente reduce las probabilidades de sufrir un accidente.
Los problemas surgen cuando desean asumir este papel personas que buscan protagonismo y una inyección de adrenalina y no están realmente preparados para afrontarlo. El jefe del grupo de cazadores, si no se encuentra él en las cercanías, será el que dará la orden de quien se encargará de solventar la situación. Aquí no hay lugar para los egos".
¿Cómo actuar para evitar el ataque de un jabalí herido?
"Es evidente que cada situación es totalmente diferente, aunque hay algunos elementos básicos que se repiten. Por tanto, podemos aplicar una serie de pautas en ese momento para obtener el mejor resultado posible. Si herimos un jabalí, nunca lo debemos de perseguir en la espesura nada más herirlo. Este es un error en el que incurren muchos cazadores, ya que no son conscientes del peligro que conlleva este momento.
Debemos de esperar la llegada de un compañero con perros o a nuestros propios canes. Es vital en estos instantes el auxilio de los perros de caza. En el caso que no tengamos la posibilidad de ser acompañados por un perro en el rastreo del jabalí herido, elegiremos un camino que nos permita en todo momento reaccionar si somos atacados por el suido".
Peligroso lance de caza ante un jabalí de 140 kilos con unas gruesas y largas amoladeras
Rastreo con perros del jabalí herido
"Los perros son los protagonistas de la búsqueda del cochino. Son ellos los que, a través de su comportamiento, nos mostrarán si el animal, a pesar del trauma que soporta, continúa su camino o bien se ha detenido y es necesaria la intervención del cazador para rematarlo.
Si el jabalí se ha parado, nuestros perros indicarán su posición ladrando de parada. Para estos menesteres debemos estar acompañados de perros que no cometan el error de acercarse al animal herido antes de nuestra llegada, ya que les podría costar la vida o resultar gravemente heridos. Los perros deberán rodear a la presa a la espera de nuestra intervención. El cazador se aproximará al lugar en el que se hallan canes y el cochino de manera silenciosa y cautelosa para evitar ser detectados por el jabalí.
Al llegar al escenario de la contienda, debemos evaluar las peculiaridades del terreno y la vegetación, y luego elegir la forma de entrar al remate de la manera más adecuada. Por ello, resulta fundamental tener un excelente conocimiento de la zona. El jabalí herido normalmente opta por situarse y defenderse en los lugares más densos de la mancha, donde sabe que tiene ventaja. Allí está decidido a morir luchando hasta el final.
En estas zonas de vegetación densa las cosas se ponen mucho más difíciles para el cazador. Tras elegir la dirección por la que aproximarnos al suido acometeremos el remate con decisión a cuchillo o efectuaremos un disparo sin poner en riesgo la vida de los perros".
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