Caza un jabalí de 130 kilos que estaba comiendo uvas
Un cazador murciano con más de medio siglo de experiencia en la caza del jabalí a la espera abate un cochino con unos impresionantes colmillos en un emparrado.
Como confiesa el experimentado esperista a la redacción de Club de Caza, se trata de un macho con unas defensas merecedoras de una medalla de oro. La plaga de jabalíes que está asolando la huerta murciana está poniendo en jaque a los viticultores y a los productores de frutas de hueso. Los cuantiosos daños ocasionados por los suidos obligaron a mediados de febrero al gobierno de la Región de Murcia a declarar la emergencia cinegética para frenar su expansión.
La Orden publicada en El Boletín Oficial, BORM, apunta que, "la proliferación del jabalí está provocando importantes daños en la agricultura, accidentes de tráfico, afección a otras especies y pérdida de biodiversidad”. Además, señala que, "esta especie actúa como reservorio de distintas patologías que pueden repercutir en la conservación de especies protegidas o producir graves daños sobre la cabaña ganadera y la salud pública".
Joaquín Villa junto al jabalí de 130 kilos.
Ataba un hilo al pomo de la puerta del dormitorio de su padre para que no pudiera ir de caza sin él
Joaquín Villa, cazador murciano de 64 años, comenzó a acompañar a su padre de caza con tan solo 6 años de edad. Sus primeros pasos en la caza fueron tras las perdices y los conejos. A los 14 años obtuvo el permiso de armas y la licencia de caza.
Dos años más tarde, abatió su primer cochino en espera con una escopeta paralela del calibre 12 de la marca Asken. A lo largo de su trayectoria cinegética ha abatido más de 30 jabalíes armados con trofeos medallables.
Joaquín, de 64 años, lleva toda la vida disfrutando de la caza del jabalí. A la derecha, espectacular trofeo el de este gran jabalí.
Caza cinco jabalíes a la semana en la zona de uvas
El último cochino merecedor de una medalla abatido por el cazador es un espectacular solitario de gruesos y largos colmillos. Lo cazó el pasado viernes en espera en un emparrado de una finca situada en Cieza, localidad de la provincia de Murcia. Según el cazador, "los jabalíes hacen mucho daño en las parras. Estoy abatiendo una media de 5 cochinos a la semana en los emparrados y frutales desde hace seis meses.
Prácticamente realizo aguardos todas las noches para paliar los daños ocasionados por los suidos en los cultivos". El viernes por la noche el jabalinero eligió para apostarse unos bancales situados entre el lugar de encame de los cochinos y las parras.
El gran cuerpo del macareno llegó a pesar 130 kilos. El cazador utiliza una carretilla para trasladar los cochinos abatidos hasta el interior de una cámara frigorífica que tiene en su casa en el campo.
Nada más ubicarse en el puesto, una piara de rayones junto a su madre visitó las uvas. El cazador pese a tratarse de una cacería por control de daños a la agricultura decidió no abatirlos al tratarse de ejemplares aún lactantes. Una hora más tarde detectó la presencia de dos jabalíes de gran tamaño con un monocular térmico.
Dado el porte de uno de ellos, se trataba indudablemente del ejemplar que llevaba meses tratando de cazar. Joaquín había visto en la distancia al macareno junto a su escudero en más de una decena de ocasiones, pero no había podido abatirlo.
El veterano cazador cuenta con varios trofeos excepcionales.
Abate el jabalí medalla de oro con un rifle de más de 40 años
Los dos machos estaban comiendo uvas por lo que decidió tratar de aproximarse a ellos ocultándose con las parras aprovechando que el viento era propicio. El cazador logró situarse a 70 metros de los dos cochinos. Apuntó concienzudamente al ejemplar de mayor tamaño y apretó el gatillo de su rifle de cerrojo de la marca Santa Bárbara del calibre .300 Winchester Magnum. La bala impactó en el codillo derribando al macareno al instante.
El porte del animal no hizo posible que Joaquín y su sobrino, Alejandro, pudieran cargar ellos solos el cochino en la parte posterior de un vehículo. Agustín, hermano de Alejandro, tuvo que acudir en su auxilio para poder trasladar al macho.