Un descomunal jabalí atraviesa las aguas del río Tajo para acceder a un maizal
Toledo

Un descomunal jabalí atraviesa las aguas del río Tajo para acceder a un maizal

El pasado viernes por la mañana, un cazador recibió la llamada de un agricultor al que los jabalíes le estaban devorando la cosecha de alfalfa. Lo que no esperaba era enfrentarse a un animal que superaba con creces los 130 kilos y armado con unas espectaculares defensas.


La sobrepoblación de jabalíes amenaza las cosechas de gran parte de la geografía española. La caza es la única manera efectiva de controlar la población de cochinos en España. El número de jabalíes está creciendo en los últimos años de manera incontrolada pese al esfuerzo de los cazadores. Actualmente hay más de un millón de suidos salvajes en España, según datos del Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos, un número que podría duplicarse en 2025.

No image

José Luis Bargueño junto al gran jabalí abatido en una espera por daños a la agricultura.

Un cazador acude en auxilio de un agricultor y caza el jabalí de su vida

José Luis Bargueño, vecino del municipio de Bargas, localidad de la provincia de Toledo, recibió el viernes por la mañana la llamada del encargado de una finca de Aranjuez con la intención de que el cazador combatiera la plaga de jabalíes que asolaban los cultivos. A las 20:30 horas ya estaba situado en el lugar que le había indicado el agricultor. El cazador se colocó en uno de los caminos privados de la finca que delimita el campo de alfalfa que habían estado dañando los jabalíes los últimos días.

No image

El enorme animal en el momento de ser abatido por el cazador. Tuvieron que ser tres los cazadores que unieron sus fuerzas para cargar al gran jabalí.

Un jabalí de un tamaño descomunal

La extensión de la parcela de siembra finaliza con la vegetación de ribera del río Tajo. A las 21:30 horas ya entre dos luces vio la silueta de un jabalí de gran tamaño que salía empapado de entre las espadañas y se dirigía a un maizal atravesando el campo de alfalfa en el que estaba ubicado el cazador. Nada más verlo, José Luis arrojó al suelo el paquete de pipas que se estaba comiendo en ese momento para visualizar el macareno con un visor térmico.

Al observarlo con el monocular el cazador se dijo a sí mismo, "que bicho más feo", ya que el cochino estaba empapado por las aguas del Tajo. El cazador se encaró el rifle, un monotiro de la marca Bergara del calibre .308, para esperar el momento en el que el solitario saltara un canal de riego situado a 80 metros de postura.

Apretó el gatillo de su arma en el instante en el que el cochino se detuvo para impulsarse hasta el otro lado de la canalización de agua. La bala impactó en el codillo del animal. A pesar de que el proyectil había alcanzado un lugar mortal de necesidad, el jabalí recorrió cien metros antes de derrumbarse sin vida en el campo de alfalfa. Al aproximarme al lugar en el que yacía inerte el cochino el cazador se percató de su tamaño real.

Según José Luis, "mientras me acercaba pensé que permanecía aún con vida por la posición en la que se encontraba en la alfalfa. Esperé unos minutos para comprobar que no se movía. Solo cuando sobre él pude darme cuenta de la anchura de sus colmillos. Su tamaño era descomunal.

He cargado en mis hombros muchos cochinos a lo largo de mi vida, pero nada más ver la corpulencia de este ejemplar sabía que era imposible trasladarlo en solitario hasta el vehículo. Finalmente tuvimos que cargarlo entre tres personas para poder depositarlo en la parte posterior de mi automóvil".

No te lo pierdas

Comparte este artículo

Publicidad