Caza un jabalí medallable en espera en el mismo puesto en el que el cazador abatió un ejemplar medalla de bronce en una montería la temporada pasada
El cazador cordobés sabía de la existencia del jabalí en esa zona del acotado ya que el año anterior en el transcurso de la montería en la que abatió el cochino bronce lo vio al ser levantado de su encame por las rehalas.
Los conocimientos de las costumbres de los jabalíes de este cazador y exguarda de caza le han permitido vencer la partida a este soberbio ejemplar armado con unos espectaculares colmillos.
Caza de jabalíes por control de daños a la agricultura
Francisco Javier Bermúdez, un joven cazador de Priego de Córdoba, municipio de la provincia de Córdoba perteneciente a la comarca de la Subbética, abatió la noche del domingo un impresionante jabalí con un espectacular trofeo en una espera por control de daños en un olivar. Cazó el cochino en el mismo lugar en el que en la temporada pasada durante el desarrollo de una de las monterías de la Sociedad de Cazadores de la localidad cordobesa de Carcabuey cazó un animal medalla de bronce.
Cochino bronce abatido en montería.
En el transcurso de esa batida el cazador vio como un enorme jabalí abandonaba la mancha tras ser levantado de su encame por los perros sin que ninguno de los cazadores participantes en la cacería pudiera abatirlo. La experiencia del esperista le decía que el cochino este verano no debía de andar muy lejos del lugar donde lo vio, ya que los grandes ejemplares son muy territoriales y tenía agua y comida en las cercanías.
Para realizar la primera espera de la temporada Francisco Javier eligió el lugar de la postura de la montería. Al joven cazador le había correspondido el tercer turno de caza entre los integrantes de la sociedad. Días antes había observado las huellas de un gran cochino por una vereda, y sin lugar a dudas pensaba que se trataba del macareno que buscaba.
Cochino con más de 20 cm. de colmillo abatido en espera.
La emocionante espera que le permitió hacerse con este impresionante trofeo
"Nada más anochecer oí como un animal se desplazaba por la mancha de monte situada frente a los olivos. Gracias a un monocular térmico pude ver al cochino en un claro si vegetación a 170 metros de distancia. Tras una tensa espera el solitario se situó a 130 metros de mi posición. Encendí la linterna. El cochino nada más ver la luz se volvió a ocultar en la maleza. Estuvo unos segundos detenido semioculto tras un lentisco. Aproveché el instante en el que reanudó la marcha para derribarlo de un certero disparo de mi rifle de cerrojo de la marca Sako del calibre 300 Winchester Magnum. Se trata de un animal joven con un peso de 70 kilos pese a las dimensiones de sus colmillos de más de 20 centímetros".
Javier Fernández
