Una osa y su cría sobreviven al ataque de varios lobos subiendo a un árbol
La osa ha puesto a salvo a su cría, y espera al último ataque para ponerse a salvo ella. Y lo hace subiendo al mismo árbol aprovechando que los lobos no pueden seguirla hasta las ramas más altas.
La lucha por la supervivencia lleva a especies competidoras por los mismos recursos alimenticios a confrontarse en encontronazos como este. Normalmente, un oso adulto se impondría a dos lobos, pero es muy posible que el resto de la manada observe desde la distancia esperando el mejor momento para echarse encima de su oponente. Además, la osa vela por la supervivencia de su cachorro, y por eso evita una confrontación que puede herirla o incluso quitarle la vida.
La manada se impone al tamaño
Los lobos se hacen fuertes cuando atacan en grupo. La manada es difícilmente superada por el mayor tamaño de un súper depredador como el oso. La territorialidad y acabar con la competencia es una de las razones de mayor peso para que los cánidos salvajes ataquen a otros depredadores que se adentren en su territorio.
Es lo que ha pasado con la osa y su cría, y lo que sucede en otros tantos casos en los que úrsidos de distintas especies tienen la mala suerte de curiosear en terrenos dominados por una manada numerosa de lobos.
Un oso negro huye de dos lobos
Es el caso de este oso negro que intenta expandir su zona de caza allí donde los lobos ya habitaban, dentro del Parque Nacional de Yellowstone. Dos machos adultos se lo dejan claro al oso, que acude a la misma táctica de huida que la osa y su retoño, que es subir allí donde los cánidos no pueden seguirles y trepar al árbol.
Cuando el oso es un macho adulto, la cosa cambia
Una manada de diez lobos no se atreve a atacar a un oso adulto que ha llegado a su territorio. Momentos de tensión entre ambas especies grabados en un espectacular vídeo.
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