Cernícalo Primilla
Las aves de España

Cernícalo Primilla


A primera vista, este pequeño rapaz es prácticamente igual que el Cernícalo Vulgar, pero examinada detenidamente ofrece considerables diferencias, tanto morfológicas como de comportamiento. Efectivamente, aunque las hembras y jóvenes de ambas especies sólo se distinguen por el color de las uñas (blancas en la Primilla), los machos, además de este carácter, son más pequeños y más esbeltos que los del Vulgar, careciendo de marcas oscuras en el dorso y con la cabeza y cola más azuladas. El rasgo que mejor le distingue del Cernícalo Vulgar es la voz, pues su grito es muy diferente al de éste. Cría, generalmente en colonia, en núcleos habitados. En ocasiones también lo hace en acantilados y en árboles. Marcha pronto de sus regiones de invernada, alcanzando la Península en el mes de febrero, y principalmente en marzo, y se extiende sobre todo por el sur, centro y oeste del país. El viaje otoñal hasta Africa comienza en agosto, prolongándose hasta octubre la marcha.

Familia:Falcónidas
Nombre cientifico:Falco naumanni
Orden:Falconiformes
Caza:Especie Protegida
Longitud:30
Habitat:Ciudades y pueblos
Identificación:Muy parecido al Cernícalo Vulgar, aunque más grácil; macho, partes superiores rojo-acastañadas sin motas oscuras, cabeza y cola más azuladas; hembra y joven, iguales a los del Vulgar; uñas blancas en todas las edades (negras en el Vulgar).
Nidificación:Anida en pequeñas colonias; no construye nido, ocupando huecos y cavidades de edificios viejos, tejados y acantilados, aunque prefiere la proximidad del hombre; puesta, de abril a junio, de 4 a 5 huevos redondeados, rosa-cremoso oscuro con marcas rojizas claras; incubación de unos 28 días por ambos padres, aunque el mayor trabajo lo realiza la hembra; los pollos, alimentados primero por el macho y después por ambos progenitores, pueden volar sobre los 29 días.
Alimentación:Principalmente grandes insectos, cazados en el suelo o aire; en especial ortópteros; también pequeños mamíferos, reptiles y batracios en ocasiones.

Más pequeño, pero no siempre fácil de separar del Cenícalo vulgar Falco tinnuculus en el campo, el Cernícalo primilla Falco naumanni, posee, sin embargo, una conducta diferente que ayuda mucho en su identificación. También siendo familiar con la presencia de ambas especies, hay en el vuelo de ambas una inapreciable diferencia, que los distingue. Para el ocasional observador el dorso de las alas y la espalda de color acastañado rojizo más vivo y no moteadas, así como su cabeza y cola más azules, menos grises, son sin duda, los rasgos de plumaje más destacados y que; normalmente, sólo pueden ayudar a su determinación cuando se observa muy de cerca o por encima con buena luz y prismáticos. No obstante, existe algo en su vuelo que no podría definirse claramente, pero que puede depender de un batido de alas más suave, aunque unido a su aspecto más ligero y menor tamaño le prestan una apariencia diferente del Cernícalo vulgar. Sólo en ocasiones se cierne y lo hace por cortos intervalos. El macho de esta especie recuerda al del Cernícalo vulgar; pero sus partes inferiores son más blancas, en especial las alas, que contrastan mucho con el cuerpo pardo crema y puntas negras de las alas. Por encima además del diferente tono azulado de la cabeza y cola, destacan las plumas cobertoras también azules, careciendo del mostacho oscuro tan típico de los demás halcones.

La distinción entre las hembras de las dos especies; vulgar y primilla, es a veces muy difícil y parece que cuando se ven en vuelo o cerniéndose, un buen dato puede ser la forma de la cola, que en el Cernícalo primilla tiene una ligera forma acuñada, ocasionada por las dos rectrices centrales que son un poco más largas que las otras y sobresalen ligeramente.

Como ya se ha indicado, sin duda la mejor distinción del Cernícalo primilla del vulgar, la da su conducta diferente Es ave colonial que vive en grupos muy numerosos y que frecuenta incluso las ciudades, viviendo en ruinas de edificios, torres de iglesias y castillos. Sin embargo dada su actual disminución que luego se comentará, pudiera ser que este carácter colonial no fuera ya un método eficaz para distinguirlo de su congénere.

La especie es estival en Iberia, emigrando a Africa a partir del mes de septiembre Durante la época de reproducción se extiende por la Península Ibérica formando colonias de cría por todas partes y no es ave dada a vivir en montañas. Existen citas de nidos por encima de los 1.000 metros, pero son excepcionales. Muchas veces se asocia para criar con el Cernícalo común.

Su voz es otra de sus características inconfundibles, así como su mansedumbre en los lugares donde se reproduce, estimándose como la menos tímida de las aves de presa europeas. Mucho más ruidoso que el Cernícalo vulgar, su voz más conocida es un agudo grito «¡¡chiik-chikchik-chik ! !» que repite incesantemente cerca de la colonia. También se le escucha con frecuencia un lastimero «¡¡hui¡-jui¡!!» y otras notas más ásperas que ambos adultos emiten en el nido.

El Cernícalo primilla es pájaro de campo abierto, generalmente habitando zonas no montañosas como se ha indicado, frecuentando campos de labor y praderas eludiendo siempre los bosques y zonas arboladas. Como el Cernícalo vulgar, caza cerniéndose previamente, pero durante menos tiempo y más a menudo lo hace lanzándose en inesperadas «caídas» sobre los insectos que divisa, tanto en el suelo como en el aire. Suelen cazar varios juntos, a veces formando considerables y ruidosos bandos que vuelan bajo sobre el suelo a no más de diez a quince metros de altura, cerniéndose un instante, volando en giros y volviendo a cernirse nuevamente, pero también volando con agilidad como si de una golondrina se tratara, capturando los insectos en el aire continuamente en mucha mayor medida que Falco tinnunculus, que es especie más dependiente de presas terrestres.

Además, sus costumbres gregarias durante la cría se mantienen en las migraciones y en los cuarteles de invierno en Africa Occidental. Lo mismo que sucede en la Península Ibérica; los bandos de cernícalos que se ven durante el invierno paleártico en Africa son, sin duda alguna de esta especie, aunque allí coincide también con el Cernícalo vulgar, que incluso es más común. Al emigrar vuela a más altura que cuando caza y puede fácilmente pasar desapercibido a causa de su pequeño tamaño.

Se alimenta fundamentalmente de insectos, probablemente el 80 % del total de la dieta. Los saltamontes vulgares, langostas y termitas voladoras son esenciales en su alimentación. Las últimas especialmente en su zona de invernada africana. Los pequeños roedores y lagartijas, en ocasiones también ranas y muy rara vez pequeños pájaros, forman igualmente parte de la dieta.

Bernis (1973) estima que, a pesar de que se recalca el carácter eminentemente insectívoro del Cernícalo primilla, éste deja de ser puro y para ello aporta algún dato obtenido en los nidos. Las presas fueron Alacrán cebollero Gryllotalpa, lacertidae, Lagartija de arena (4), Ratón doméstico (3), y un diminuto sorícido. Estas tres últimas presas fueron aportadas a un nido con pollos recién nacidos.

Garzón (1973), que examinó tres estómagos, determinó presas de insectos fundamentalmente: Gryllus (11 ), Tettigonidae (8), Scarabeidae (1) y Formicidae (1).

La afición por los insectos ha cambiado en cierto modo las costumbres de esta especie, que ahora es observada en algunos lugares bien iluminados durante la noche. Así, relatan que la colonia establecida en la Catedral de Sevilla prolonga su actividad varias horas después de la desaparición de la luz natural, aprovechando la de los focos que iluminan la torre de la Giralda que atraen y descubren numerosos insectos voladores.

La llegada a la Península Ibérica de los primeros cernícalos primillas procedentes de su zona de invernada en Africa, se produce ya en la última quincena del mes de febrero, prolongándose durante todo el mes de marzo y escasamente en abril. Las colonias están ya totalmente pobladas en el mes de marzo. Se estima que los machos llegan en gran mayoría antes que las hembras, que lo hacen sólo unos días más tarde. A pesar de esta temprana arribada, aún han de pasar casi dos meses antes de que los primillas inicien la reproducción.

El cortejo de los machos comienza normalmente en abril, aunque los vuelos acrobáticos y el continuo griterío de los pájaros volando alrededor de la colonia, pueden hacer pensar que a su llegada están ya comprometidos en él. En el mes de abril, las parejas ya se diferencian bien, pero aún algunas retrasan el emparejamiento hasta los primeros días de mayo; probablemente se trata de los últimos llegados. A poco de amanecer ya se escuchan los primeros gritos. Las hembras se colocan en un determinado posadero y allí permanecen todo el día, realizando vuelos ocasionales «ala con ala» con el macho . Este lugar elegido por la hembra, que puede ser un alero de un tejado, una almena de un viejo edificio, un saliente rocoso en un cortado donde exista un agujero, será normalmente el lugar del emplazamiento del nido. Cualquier intruso, otro Cernícalo o una Grajilla Corvus monedula, es expulsado del lugar.

Durante casi diez días el macho aporta presas a la hembra en una curiosa manera. Las lleva en el pico, se las pasa a las patas y nuevamente al pico, dándosela a ella a continuación. La misma operación repite la hembra. Las presas, normalmente, consisten en esta época en escolopendras y lagartijas. Cuando el macho llega con la que podemos llamar una ofrenda, la hembra adopta la actitud tan conocida de un pollo que va a ser cebado por sus padres, agitando espasmódicamente las alas. Estas ofertas de alimento no son la única parte en la representación nupcial de los primillas. Tan importante parece ser el vuelo «ala con ala» ya mencionado y que la pareja efectúa casi inmediatamente después de que el macho haya llegado con una presa, como el que luego hace la hembra con la presa en el pico recién recogida del macho y en pleno vuelo y ayudándose con las patas la devora.

El nido es en realidad una pequeña oquedad en el suelo, de un agujero o concavidad rocosa, si la colonia se ha establecido en un cortado o en un simple hueco de un muro de un viejo edificio, bajo las tejas o un alero. Si en el lugar elegido existe alguna somera vegetación, los machos la arrancan, escarbando incluso para extraer las raíces de modo que puede hablarse propiamente de un acondicionamiento del lugar más que de la construcción de nido.

Las colonias están formadas normalmente por dos o tres docenas de nidos, aunque hace años eran muy numerosas las colonias mayores. En todas estas colonias los cernícalos primillas crían junto a parejas de otras especies como cornejas y grajillas, alimoches, lechuzas, cárabos, autillos, chovas piquirrojas, gorriones chillones, aviones roqueros y vencejos reales.

En cuanto el sol inicia su carrera los primillas van abandonando la colonia acompañándose con penetrantes gritos y se dispersan por toda la campiña. Al atardecer, la concentración en la colonia es enorme y el griterío recuerda a las incesantes y chillonas pasadas dadas por los vencejos comunes. Aun después de puesto el sol continúan a media luz sus vuelos y gritos los primillas.

Las primeras puestas se efectúan a finales de abril, pero la mayoría lo hacen en mayo. Estas puestas suelen consistir de tres a seis huevos, normalmente cuatro o cinco, que son dejados con intervalos de dos días. El promedio de medidas para 200 huevos de colección obtuvieron un promedio de 34,8 x 28,8 mm. Su tamaño es, menor que el de los de Cernícalo vulgar y tienen el fondo blanco o pardo, manchados profusamente de amarillento rojizo. Muchos varían extrañamente en la coloración y sé han controlado huevos totalmente blancos o con punteado color siena sobre fondo blanco.

Sobre si la hembra del primilla realiza todo el trabajo o parte de él en la incubación, existe un desacuerdo considerable entre los ornitólogos. Brown y Amadon estiman que es ella la que incuba durante casi todo el tiempo, estimando que la colaboración del macho a la tarea sólo alcanza a un 5-10 % y únicamente durante el día. Sin embargo, Hovette, que ha estudiado concienzudamente una pequeña colonia, establece relevos en la incubación cada dos horas y cuarto como promedio (entre 105 y 150 minutos). Aún sorprenden más estas afirmaciones cuando asegura que ninguno de los componentes de la pareja aporta presas al otro mientras incuba, sino que una vez liberado de la incubación, vuela libremente y caza por su cuenta, hasta que retorna al nido para relevar al otro, por lo menos durante los primeros días de la incubación. El mismo criterio sustenta el francés Blondel. Para él el macho y la hembra incuban por igual antes de que la puesta esté completada. Durante la cría la zona de caza de los adultos no parece ser muy extensa y para Blondel no pasa de 500 metros. Esto naturalmente puede ser válido para una determinada colonia. Pero deberá estar en función de las reservas de insectos en la zona. Durante toda la duración de la reproducción, los adultos son extremadamente discretos y resultan extrañamente silenciosos durante el período de alimentación de los pollos, salvo en el caso de peligro inmediato. La mayoría de las veces cuando un intruso penetra en la colonia los adultos prefieren dejar el lugar de forma discreta.

A los 28 días de la incubación nacen los pollos, que están cubiertos con un corto y fino plumón blanco que da en rosado probablemente por adivinarse la piel a su través. El segundo plumón, más espeso y más largo, también es blanco. Aunque los pollos nacen en un estado semilarvario, pronto, a los cuatro días, están muy despabilados y continuamente picotean las presas y se atusan el plumón. Cuando da el sol, salen del nido y se asoman a la pequeña plataforma donde la hembra los atiende cubriéndolos con las alas abiertas si el sol es muy fuerte. En los primeros quince días, ésta los ceba con las presas que a intervalos irregulares aporta el macho. También éste los cubre mientras la hembra se ausenta para cazar presas que no lleva al nido, sino que las come ella misma. A partir de los quince días ambos llevan al nido presas que casi siempre son insectos. Una alimentación insectívora forzosamente obliga a los cernícalos a menudear sus capturas y entonces las llegadas al nido no suelen ser a intervalos superiores a 15 minutos. A los 18-20 días los pollos tienen ya el cuerpo cubierto de pequeñas plumas de color marrón, pero la cabeza es aún blancuzca. Ya se les aprecia el anillo orbital amarillo y la cera del pico del mismo color, mientras alrededor de los ojos hay un sombreado característico. Una semana más tarde están en condiciones de volar y se parecen extraordinariamente a la hembra, salvo en la cola, que aún tiene las rectrices cortas.

Aun cuando realicen vuelos en compañía de sus padres, estos jóvenes primillas vuelven al nido donde son alimentados por los adultos por lo menos durante quince días más.

Los cernícalos mantienen una dura competencia ahora en muchas colonias con las grajillas, que se multiplican con facilidad y parece que están expulsando a los primillas de numerosos lugares. Las grajillas se colocan a la entrada de los nidos de los primillas y cuando los adultos llegan con la comida, se la arrebatan sin que, inexplicablemente, éstos opongan resistencia. No obstante, normalmente los cernícalos no se posan a la entrada si ven que está ocupada por alguna grajilla expectante. Entonces los primillas dan varias vueltas por los alrededores, haciendo frecuentes intentos de entrada. Esta situación, cuando se prolonga mucho puede, sin duda, originar desnutrición en los pollos del cernícalo. Afortunadamente en muchos lugares la reproducción de las grajillas se termina antes del nacimiento de los primillas de forma que aquéllas ya han dejado el lugar cuando los primillas alimentan intensamente a sus hijos.

El área de cría de la especie se extiende desde el noroeste de Africa por la mayor parte de la Península Ibérica, a través del Mediterráneo incluido el sudeste francés, faltando en Baleares y Córcega, alcanzando Asia y llegando hasta Manchuria.

En la Península Ibérica ha sido siempre un pájaro muy abundante, bien distribuido por la España calurosa, rehuyendo Galicia, Cantábrico y Pirineos y faltando también en todas las estribaciones meridionales de esta última Cordillera y la Cantábrica y siendo las colonias muy escasas en las cordilleras del interior. La mayoría de los cernícalos primillas ibéricos se estacionan en Andalucía, Extremadura, provincias centrales y mediterráneas y aun así hay que señalar un notable descenso en su densidad, que dadas las características comprobadas últimamente por ornitólogos españoles, pueden considerarse como verdaderamente catastróficas para esta especie. En la mayoría de los pueblos que antes tenían buenas colonias de primillas, sólo quedan ahora parejas aisladas y en muchos lugares han desaparecido completamente. Hablar con exactitud de las causas de ésta drástica disminución es aún aventurado, pero no existe duda de que la intensa transformación del campo en el centro-oeste y sur peninsular puede tener una notable influencia en la biología de la reproducción de un pájaro de dieta tan insectívora como éste.

Las masivas pulverizaciones con herbicidas desde avionetas, el uso creciente de insecticidas en las plantaciones agrícolas y otras prácticas modernas, pueden en pocos años exterminar una población de aves antes floreciente. Aparte sequías y otras causas naturales, el mismo fenómeno puede ser observado en los nuevos países del occidente africano donde ésta y otras especies menores de pájaros están padeciendo mucho con el tratamiento con plaguicidas en forma masiva e indiscriminada. Ver a las avionetas realizando la fumigación continua con millares de litros de líquidos tóxicos pulverizados, produce un escalofrío en los defensores de la Naturaleza cuando se piensa cuántos miles de pájaros van a ver impregnado su plumaje y su piel con productos sistémicos que envenenan hasta la savia de las plantas y cualquier insecto o pequeña presa de las aves. De modo que no hay que ver solamente en la Península Ibérica las causas de la drástica disminución de primillas. Probablemente los efectivos llegan ya muy mermados en la primavera. Causas menores que pueden contribuir aún más a esta baja densidad de cernícalos pudiera ser la extraordinaria proliferación de los córvidos, en especial de las grajillas ya citadas, que concurren en el mismo hábitat con los primillas y a los que pueden desalojar ocupando antes sus nichos.

Fundamentalmente migrador, el Cernícalo primilla inverna en Africa Tropical, adonde comienza a marchar en el mes de agosto, viéndose los últimos en el mes de octubre.La mayor parte pasan durante el mes de septiembre. En Africa Occidental es común entre octubre y marzo en Gambia, Senegal, Níger, interior de Costa de Oro y Norte de Nigeria. El Africa Tropical Occidental debe ser el lugar normal de invernada de los cernícalos primillas ibéricos. En el Senegal se acusa poco el paso en ambas estaciones, aunque también se han observado allí excepcionalmente grandes concentraciones.No sería infundado pensar que muchos de estos primiIlas descienden más al Sur, hasta alcanzar Sudáfrica, donde sobrepondrían su área de invernada con los que se reproducen en Asia.

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