Tenso encuentro con un jabalí: el perro eriza el pelo de su lomo ante la cercanía del cochino
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Tenso encuentro con un jabalí: el perro eriza el pelo de su lomo ante la cercanía del cochino

El rhodesian ridgeback o perro crestado rodesiano representa a Sudáfrica como la única raza reconocida internacionalmente. Se trata de poderosos perros cazadores, utilizados para rastrear y enfrentarse a presas tan peligrosas como el león, cuya cresta o pelo de mayor longitud ubicado en su espalda se ha convertido en un rasgo distintivo.


Esta cresta se eriza cuando el perro entra en estado de tensión o alerta. El pelo que la forma crece en sentido opuesto al resto del manto, es decir, hacia atrás quedando claramente definida en una forma simétrica que se estrecha a medida que se acerca a la articulación de la cadera.

Un jabalí pone a prueba la templanza del perro cazador de leones

Y es precisamente lo que vemos en este fornido ejemplar. Cuando el jabalí entra en escena y queda inmóvil a tan escasa distancia del perro, este reacciona con una total inmovilidad. La persona que paseaba al perro también tiene una reacción que ha llamado mucho la atención de los internautas, soltando la correa y dejando al perro solo para alejarse de los animales.

Hay quien ha criticado que ‘abandonase’ al can a su suerte, algo que en realidad no se corresponde con lo que sucedió ni con la intención de esta mujer. Esta manera de actuar estuvo encaminada a restar tensión a la comprometida escena. El rhodesian es un perro muy protector, que no dudará en abalanzarse contra cualquier animal o peligro que pueda acercarse de manera hostil a su propietario.

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Por el contrario, al alejarse esta persona del perro, este no mueve un músculo hasta que el jabalí, tras unos interminables segundos curioseando, decide volver al abrigo del monte y abandonar el camino por el que paseaban el perro y su propietaria. Es cuando este poderoso perro de caza vuelve junto a ella con una calma pasmosa.

Perros cazadores de leones

Como hemos apuntado, los perros crestados de Rodesia se criaron y seleccionaron para asistir a los cazadores sudafricanos. Allí, se especializaron en seguir rastros de cualquier animal, desde gacelas, facocheros, hasta grandes depredadores como el león o el leopardo. Su misión era seguirlos hasta conseguir bloquearlos y permitir que el cazador se acercase para culminar el lance de caza.

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Pintura que muestra el momento en el que varios rhodesian alcanzan a un león y lo bloquean para que no huya.

Fuertes, resistentes y veloces

Estamos hablando de perros fuertes a la par que resistentes y veloces. La selección, en sus primeras etapas, se redujo únicamente a la funcionalidad. Los mejores perros de caza eran elegidos para criar con ellos. Pero cuando la cría comenzó a realizarse de manera más seria, fueron añadidas otras exigencias en esta selección, como fue la necesidad de mostrar esa cresta característica en la raza. Los animales que nacían sin ella eran sacrificados o apartados de la cría.

Su manto es de un color rojizo en distintos tonos más fuertes o menos, hasta el color del trigo. El pelo es corto y denso, ideal para el clima caluroso de su tierra natal. Su tamaño es considerable, alcanzando los 69 centímetros a la cruz los machos más grandes, con un peso de hasta 36,5 kilos.

Los primeros perros crestados

Tenemos que remontarnos hasta el año 3.000 a.C. para encontrar las primeras representaciones de perros que mostraban crestas en sus espaldas. Pinturas y esculturas encontradas en el Egipto de los faraones recogen escenas de estos canes cazando gacelas en el desierto.

En la historia de esta raza suena con fuerza una tribu nómada, los Khoi Khoi, que utilizaban canes crestados para la guarda del ganado, del poblado y para la caza.

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Dibujo de una cacería en la que aparece un perro Khoi-khoi con cresta en la espalda.

Muchos siglos después, los comerciantes portugueses fueron los primeros europeos que documentaron encuentros con perros crestados. Fue en 1487 en Ciudad del Cabo.

Otros europeos como holandeses y alemanes llevaron sus propias razas a África. El dogo alemán, sabuesos, salukis y mastines. Pero ninguno sobrevivía mucho tiempo al clima y a los peligros del gran continente. La solución fue adoptar a los perros autóctonos y utilizarlos para la caza. Los cruces posteriores con perros europeos fueron inscritos en la historia de la raza por nombres como el reverendo Charles Helm o Cornelius Van Rooyen. La cresta se fue imponiendo como señal de valentía, instinto y coraje en la caza, por lo que los criadores convirtieron esta cualidad morfológica en requerimiento para la cría.

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