conservar no es lo mismo que aniquilar...


He visto este artículo hoy y aunque tarde me gustaría aportar mi opinión como amante y originario de Los Ancares. He pateado mucho esas sierras y creo que no me cansaré jamás. Y era un verdadero placer encontrarse con algún corzo saltando por el monte. Para los amantes a la caza y para los amantes en general a los animales no debería permitirse que la mala gestión arruine la riqueza faunística de la zona. Me encantaría poder disfrutar de un encuentro con el lobo, a distancia considerable, del mismo modo que con el oso pero no hemos de olvidar que en esa zona viven muchas personas, la mayoría ancianos. El impacto que está teniendo sobre ellos ese incremento de lo que muchos consideran "alimañas" no se ha cuantificado debidamente. No olvidemos que esa Reserva Nacional de Caza se ha creado en muchos casos sobre terrenos privados, propiedad de la multitud de aldeas que pueblan los montes. Dicha Reserva prohíbe en muchos casos los usos tradicionales del terreno. Dichos usos han permitido conservar la zona en un estado difícil de ver en esta nuestra España. Esa gente necesita leña para calentarse, pastos con los que alimentar el ganado y los ingresos que proporciona la venta de permisos de caza otorgados por sorteo. He constatado personalmente la disminución de la población corcera. Esta Semana Santa sólo he visto 1 corzo cuando hace dos años disfruté de más de 15. No soy un experto pero la gente de los pueblos sí y ellos mismos hablan de presas comidas por los lobos y zorros. No hay que olvidar la gran tradición de caza furtiva en la zona, tema muy discutible y generador de muchos debates pues la gente sigue considerando que tiene derecho a cazar en sus tierras. Desde hace varios años se aconsejaba realizar un control de predadores y no se ha realizado. Se han perdido corzos y se han perdido cuantiosos ingresos para los habitantes de la zona pues abatir un lobo cuesta fácimente más de 10.000 euros. Les aseguro que la visión de los habitantes referente a esa especie cambiaría enormemente. Ánimo a quien cuestione su control de población a que fomente su introducción en habitats cercanos a Madrid y Barcelona. La sierra madrileña y la serra de Collserola serían espacios perfectamente capaces de acoger una población lobera. Seguramente no se vería el tema igual que cuando se habla de sierras remotas habitadas por paisanos viejos y poco ilustrados. Animo a todo aquel que le guste el monte y el sabor de antaño a visitar al menos una vez en la vida Los Ancares. Perdonad por el ladrillo.
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