La solidaridad y el compañerismo, protagonistas de la Primera Jornada Andaluza de Caza, Naturaleza y Conservación del Medio

El 9 de junio se celebrarán unas jornadas muy importantes en Manilva. Los cazadores serán un ejemplo para toda la sociedad ya que donarán las piezas abatidas a comedores sociales del municipio.


 Jornada Andaluza de Caza, Naturaleza y Conservación del Medio
Jornada Andaluza de Caza, Naturaleza y Conservación del Medio

La Sociedad de Cazadores de Manilva, Cazadores de Cádiz y Cinegética Manilva celebrarán el día nueve de junio una jornada llena de ilusión, compañerismo y solidaridad. Los profesionales donarán todas las piezas abatidas a diversas entidades sociales del municipio, para ayudar a aquellos que más lo necesitan y contribuir en su alimentación.

«Pensamos que tenemos que corresponder a la sociedad colaborando con ella, por eso haremos sorteos y las piezas de la tirada se donarán a comedores benéficos», explica Javier Fernández, uno de los cazadores enormemente implicados en este proyecto. «Cuando se lo dije, todas estas asociaciones agradecieron enormemente nuestra colaboración. Su solidaridad llega hasta tal punto que desde el primer momento decidieron repartir las piezas abatidas sin monopolizar. Uno de ellos ofreció su cámara frigorífica a otro que no tiene tantos medios», esto es lo que provoca la caza, despertando la mejor parte de cada persona para así poder ayudar a los más desfavorecidos.

«En la vida hay que ayudarse, la caza es compañerismo y solidaridad. Hoy estamos en la parte media de la pirámide y no sabemos si mañana estaremos abajo o en el suelo», explica Javi, un ejemplo de la enorme concienciación de los cazadores y de la gran empatía que albergan.

Más de 120 cazadores implicados

En el evento participarán 120 cazadores y, calculan, abatirán unas 1.000 codornices. Sin duda, una gran ayuda y una enorme contribución para alimentar a aquellas personas que no tienen los medios suficientes para comer a diario.

«Hace unos días estaba con Carlos Gutiérrez y sus perros, y me preguntó si conocía a alguien necesitado para darle las perdices que habíamos cazado. Las recogimos, nos las llevamos y, cuando íbamos hacia casa, vimos a un hombre rebuscando en un contenedor. Le preguntamos si las quería y no imaginas la cara que puso. Nos dijo que le habíamos solucionado la comida para quince días», cuenta este cazador con toda la humildad del mundo. Las acciones diarias de miles de cazadores tienen una repercusión muy importante en la sociedad, algo que tendría que influir en la percepción social de la caza. La realidad habla por sí sola y demuestra que estos profesionales y amantes del campo y de los animales llevan a cabo labores muchas veces invisibles pero fundamentales para contribuir a hacer de este un mundo mejor.

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