Los perros de una pareja de biólogos matan a un cachorro de lince junto a Doñana: la Fiscalía pide 60.000 euros de multa
Una pareja de biólogos paseaba a sus perros por los pinares de Aznalcázar, en Sevilla, en las inmediaciones del Parque Nacional de Doñana, sin controlarlos con correas, a pesar de que los biólogos sabías que en la zona había linces. Los perros alcanzaron a un cachorro y lo mataron.
La Fiscalía de Sevilla ha denunciado que los hechos ocurrieron el pasado 13 de mayo a las 13 horas. Un catedrático de biología y su pareja, también bióloga y docente en la Universidad, paseaban a sus perros, por la zona llamada Las Trescientas, en un coto deportivo de caza de Aznalcázar.ç
Sabían que allí vivía el lince…
En la denuncia remitida a los juzgados de Sanlúcar la Mayor, de Sevilla, la Fiscalía deja claro que los biólogos tenían conocimiento de que en la zona habitaban linces ibéricos. De hecho, debido a la habitual costumbre de los dueños de perros de dejarlos sueltos en un entorno tan delicado, se han colocado carteles en los senderos que advierten de la prohibición de soltar a los canes y no mantenerlos controlados.
Paseaban a los perros sin correa
La Fiscalía denuncia que los biólogos paseaban «a los dos perros sueltos y sin control efectivo». En un momento de este paseo, los perros vieron al cachorro de lince ibérico, como sabrán, especie en peligro de extinción, lo persiguieron, lo alcanzaron y comenzaron a atacarle a dentelladas.
Prácticamente muerto, se lo llevaron a sus propietarios. Los ahora acusados de un delito contra la fauna cometido por imprudencia grave, llamaron en ese momento a las personas de la Consejería de Medio Ambiente encargadas de la dirección del programa de conservación del lince, como así recoge la denuncia.
El animal murió tras el ataque
Pero poco se pudo hacer debido a la gravedad de las lesiones, que le habían ocasionado a rotura de músculos intercostales y fractura de costillas, que le afectaron a la cavidad torácica y al pulmón, y también tenía lesiones en las extremidades, lo que le produjo la muerte, según ha reflejado la necropsia llevada a cabo por la Consejería.
Según la normativa andaluza, los biólogos se enfrentan a la acusación de un delito contra la fauna por imprudencia grave, por lo que la Fiscalía ha pedido una multa de 60.000 euros, que es lo establecido como baremo de indemnización para cada ejemplar de la especie de lince ibérico.